1. No soy gay pero me culearon entre cuatro (2)


    Fecha: 03/07/2020, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    Dos días después tía Olga volvió a mandarme a hacer una compra en el almacén de don Manuel y entonces debí pasar otra vez ante don Cosme que, como de costumbre, estaba sentado en la puerta de su casa. Otra vez las guarangadas, las obscenidades y las risitas que me obligaban a apresurar el paso. De lejos advertí que en la esquina estaban esos chicos, Tachero, Pipi y El Cabezón. Yo no podía evitar el miedo que me daban, pero aun con esa inquietud seguí adelante, por orgullo. Cuando yo estaba aproximándome a ellos dejaron de hablar y se colocaron formando una especie de semicírculo virtual en la vereda; Tachero junto al cordón, El Cabezón al frente y Pipi contra la pared. Al verlos y presentir el peligro quise girar sobre mí mismo y emprender la huida, pero no me dieron tiempo:
    
    -¡Agárrenlo! –gritó El Cabezón mientras corría hacia mí y el miedo me paralizaba facilitándoles la captura. Se me echaron encima cercándome en un movimiento de pinza para sujetarme por los brazos y el cuello.
    
    -¡Suéltenme! ¡déjenme! –grité desesperado y muerto de miedo.
    
    -¡Quieto, nene! ¡quieto! –me exigían ellos mientras me arrastraban por la vereda. Yo rogaba que apareciera alguien para poder pedirle auxilio, pero la fortuna los ayudó y no nos cruzamos con nadie en el trayecto hacia la casa de don Cosme, que nos esperaba de pie junto a su silla.
    
    -Acá lo tiene, viejo. –anunció Tachero mientras yo seguía forcejeando inútilmente tratando de liberarme.
    
    -Muy bien, chicos, ¡muy bien! –aprobó don ...
    ... Cosme y abrió la puerta.
    
    -Adentro. –ordenó y mis captores me soltaron para de inmediato empujarme al interior de la casa. Ellos entraron después de don Cosme, que cerró la puerta con llave y nos llevó por un pasillo estrecho hasta lo que resultó ser el dormitorio de la vivienda.
    
    Don Cosme me tomó de un brazo y me arrojó hacia el interior de la pieza mientras yo sentía que el miedo se hacía un nudo en mi estómago y sólo podía balbucear sonidos ininteligibles.
    
    Entonces El Cabezón dijo: -Don Cosme, usted se lo va a coger.
    
    -Claro, para eso les pedí que me lo trajeran y les di ese dinero.
    
    -Está bien, pero además de la guita (dinero) queremos otra cosa.
    
    -¿Qué otra cosa?
    
    -Cogerlo también nosotros. –dijo El Cabezón y los otros dos soltaron unas risitas siniestras.
    
    -Por favor… -murmuré angustiado al tiempo que el viejo soltaba una carcajada.
    
    -¡¿Y qué problema hay, muchachos?! ¡claro que le vamos a dar pija (polla) entre los cuatro! ¡jajajajaja!
    
    -¡No! ¡noooo! ¡por favor, noooooo! –grité mientras intentaba, tontamente, ganar la puerta del dormitorio, pero Tachero me hizo una zancadilla y caí al piso.
    
    -¿Adónde vas, pelotudo? (gilipollas).
    
    -Echado boca abajo en el suelo volví a suplicarles entre sollozos.
    
    -Dejá de llorar, putita, jejeje… Te vamos a romper ese lindo culo que tenés. –dijo don Cosme y ordenó que me desvistieran. Los tres lo hicieron rápidamente, con movimientos nerviosos mientras yo seguía rogando por una piedad que ellos estaban lejos ...
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