De tiendas y en el probador
Fecha: 04/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Ontanaya, Fuente: CuentoRelatos
Después de estudiar toda la mañana y parte de la tarde sentía el cuerpo sin vida, descolorido y tenso. Necesitaba calor y lo único que me lo podía ofrecer por el momento, era un buen baño.
Mientras la bañera se llenaba, eché un poco de esencia de lilas al agua, encendí unas velas y las repartí por el baño.
Fue meter la pierna, notar el calor abrasante e inmediatamente mi cuerpo se empezó a relajar. ¡Dios! Realmente quemaba. Pero mi cuerpo se adaptaría enseguida.
Me tumbé, apoyé la cabeza y lentamente me fui escurriendo al fondo de la bañera hasta introducir por completo la cabeza. Me quedé ahí por unos segundos intentado liberar la mente y aunque el calor del agua era relajante, no terminaba de quitarme el estrés. Saqué la cabeza y aún con los ojos cerrados dejé vagar la mente.
Sin proponérmelo, acudió a mi mente él. Metro ochenta de puro musculo, cabello negro, piel tostada, ojos brillantes y una cara que engaña. Pues aunque parezca dulce, le gusta duro.
Me entró un escalofrío. Recordé el día que habíamos pasado de compras. ¡Uf! ¡Vaya día! Lo que parecía que iba a ser una tarde de lo más tranquila se convirtió en algo que jamás olvidaré. Paseamos por varias tiendas pero nada nos terminaba de llamar la atención. Apenas llevábamos un par de bolsas cada uno. Vi en un escaparate un conjunto de ropa interior que me llamó bastante la atención y pasamos a mirar.
Él no paraba de mirar la lencería cuidadosamente. Observando cada detalle de cada prenda. Yo por el ...
... contrario estaba hablando con la dependienta sobre el conjunto que había visto cuando al poco rato su mano pasó por mi cintura y me mostró un par de conjuntos.
- Pruébatelos.
Lo dijo de una forma tan firme y autoritaria que parecía una orden. Pero sólo hacía falta fijarse en cómo se elevaba la comisura de su labio superior para entender qué era lo que realmente quería.
Mi cuerpo empezó a entrar aún más en calor y mi mano, sigilosa e impaciente fue bajando hasta el centro de mi placer. Me abrí un poco y la dejé hacer.
Me fui hacia el probador y él me siguió.
Esperó paciente a que me probara el primero. Era un poco soso para mi gusto pero en cuanto salí para que me viera él pareció maravillado. Me di una vuelta para él y por su sonrisa, estaba claro que le gustaba lo que veía. Me acerqué a él y le besé. Fue un beso abierto a varias opciones que él podía tomar o dejar. Y por ahora, parecía dejarlo pasar así que me metí de nuevo al probador y me puse el segundo. Éste, era otra cosa. Me pareció más sexy aunque su corte fuera más clásico. Era verde botella y su tejido, de raso era tan suave que el vello se puso de punta al ponérmelo.
Salí y le mostré cómo me quedaba aquella maravilla. Parecía que él opinaba lo mismo que yo sobre este conjunto. O al menos, eso decía su cara. De nuevo, me acerqué a él, le besé con pasión pero él no pareció inmutarse demasiado. Así que, un poco decepcionada por no conseguir lo que esperaba, volví al probador.
Me volví a mirar en el ...