1. De tiendas y en el probador


    Fecha: 04/07/2020, Categorías: Incesto Autor: Ontanaya, Fuente: CuentoRelatos

    ... espejo durante 30 segundos aproximadamente. No entendía por qué el conjunto no había hecho su magia. Lo veía perfecto. Y mientras seguía cavilando sobre el asunto, una mano se deslizó hasta mi espalda y me la acarició lentamente.
    
    Terminó de meterse en el probador conmigo y posó sus manos en mis caderas desnudas. Acercó su boca a mi oído y susurró:
    
    - Estás realmente sexy. No he podido aguantar la tentación. Pero estabas tardando mucho en salir y... - exhaló en mi oído mientras su mano derecha se acercaba a mi lugar secreto. Yo no apartaba la mirada del espejo y veía cada movimiento que realizaba.- Quiero follarte ahora.
    
    Tras esa última frase. Se pegó más a mí y noté cada músculo de su cuerpo contra el mío. No pude más que estremecerme. Su mano derecha se coló por debajo de mis braguitas de raso. Con su mano izquierda sujetaba mi barbilla con fuerza mientras nos besábamos apasionadamente y rápidamente consiguió su objetivo. En un momento, estaba húmeda y hambrienta.
    
    Sin demora, se desabrochó el pantalón, se bajó los pantalones y los calzoncillos a la vez y en suspiro me encontraba sin bragas y con el cuerpo inclinado hacia delante. Al segundo me embistió con tal arrebato que no pude contener el gemido por la sorpresa y el placer. Sus embestidas eran rápidas, fuertes y rítmicas. No cesaba. ...
    ... Tuve que apoyar mis manos en el espejo para tener un poco más de equilibrio.
    
    Era realmente excitante. La idea de estar, en un lugar público, en un probador, delante de un espejo mirando cómo me follaba, viendo su cara de placer era más de lo que podía aguantar, así me fui. Me corrí. Pero él no, aún seguía. Pero por sus embestidas quedaba claro que no le quedaba mucho. Esto era un polvo rápido.
    
    Así que aceleró, aceleró hasta que una última embestida lo dejó quieto, sudando y exhausto. Salió de mí, se subió los calzoncillos y los pantalones y salió de ahí no sin antes decirme:
    
    - Llévate el verde. Lo quiero ver con más calma.
    
    Recuerdo tener que sentarme un momento antes de salir del probador porque cada vez que me miraba en el espejo me daba la sensación de que mi cara delataba lo que acababa de pasar. Era la primera vez que me lo montaba en un lugar público y esperaba que no fuera la última.
    
    Yo también quería ver el conjunto con más calma.
    
    Salimos de la tienda dados de la mano y con una mirada cómplice.
    
    Y yo ahora en mi bañera al recordarlo no había podido evitar tocarme. Había sido una de las experiencias más excitantes de mi vida. Mi respiración se aceleró, mi estómago se contrajo y finalmente me corrí.
    
    No veía el momento de volver a verle e ir de nuevo a mirar ropa interior. 
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