1. En la fiesta del barrio 2 (final)


    Fecha: 14/07/2020, Categorías: Anal Autor: sandra garcia, Fuente: CuentoRelatos

    El orgasmo había sido tan fuerte con el gordo pelirrojo que vi estrellitas y me desmaye, no sé si fue tan violento porque el gordo pelirrojo lo hacía tan bien o por la droga que me habían dado.
    
    Estaba dormida y comencé a soñar, estaba echada en una playa y estaba comiendo un helado, y yo lo saboreaba una y otra vez, el calor me sofocaba, por más que chupaba el helado una y otra vez el helado no se consumía, más bien me parecía que crecía, sentía que me faltaba el aire, y en ese momento me desperté, regrese al cuarto oscuro, había estado soñando, lo raro era que todavía sentía el helado en mi boca, lo raro es que no era frio sino caliente, ya sé que van a decir que soy una estúpida, en ese momento me horroricé al ver una silueta gigante encima de mí.
    
    Era el negro que había conocido en la fiesta, y estaba desnudo, y el helado era su verga que trataba de entrar en mi boca, es estaba arrodillado y sus piernas estaban a los costados de mi cabeza, la cabeza de esa maza de carne trataba de entrar toda en mi boca y yo me ahogaba, lo único que pudo salir de mi boca fue:
    
    —No seas malito, sacala un poco.
    
    El negro lo hizo, y como toda buena acción debe ser compensada con otra, comencé a lamer con toda mi fuerza esa cabezota, por momentos la chupaba, pero lo más que entraba era solo con la justa la mitad.
    
    Él me dejaba actuar, parece que la droga que me paralizaba estaba comenzando a perder efecto, pues pude con mis dos manos agarrar esa hermosa pieza, acariciarla, y meterla ...
    ... en mi boca, la verdad es que nunca lo había hecho antes, pero será la droga que me excitaba o yo misma, que alocaba ese sabor saladito, con mis manitos la metía y la sacaba una y otra vez de mi boca, y con mi lengua la frotaba.
    
    —uy uy uy, que ri ri ricoccoo, que rica lengüita, sigue sigue, niñita, uy uy, más mas mas maaaaa...
    
    Y diciendo esto la sacó de mi boca y comenzó a golpearse el pecho, parecía un gorila de verdad, un gorila contento.
    
    En eso me tomo como si fuera una muñeca de trapo y me puso boca abajo, y me levanto los pompis, como un pollito tomando agua, me sujeto las caderas con sus brazotes y entonces sucedió, de mi boca solo pudo salir un quejido.
    
    —Duuuuuuele ay ay ay ay aaaaaa....
    
    Toda esa vergaza entro en mí, así que estaba mojadita, sentí como se estiraban las paredes de mi conchita, para recibirla.
    
    —que rica conchita, ah ah ah que que apretadita ah ah ah ah....
    
    Y comenzó a meterla y sacarla como si fuera un pistón, una y otra y otra vez, mi cuerpo como les decía comenzaba a responder y se comenzaba a mover, mi dolor inicial se transformaba en un placer inmenso que hinchaba mi cuerpo, hasta me regresaba un poco la voz.
    
    —métemela negro métemela toda toda toda tooooo...
    
    Seguía y seguía, me vine otra vez en un orgasmo criminal, el seguía metiéndola y sacándola yo regresé y el seguía, parecía un gorila tirándose una perrita.
    
    —muévete muévete, me gusta me gusta cuando te mueves.
    
    Con todo el placer que recibía no me interesaba nada y ...
«123»