Mi primera vez fue con una vecina
Fecha: 15/07/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... dirigió allí. Hermosos. Unos pezones duros y hermosos se refugiaron en los huecos de mis manos, que de a poco, empezaron a acariciarlos más acertadamente. Y me abrazaba con dulzura y suavidad y mi bultito rozaba la entrepierna del pantalón de ella. En un momento que nos separamos, bajé mi mirada. Mi pequeña erección era más que notable. ¿Qué mirás?. Me preguntó. Nada. Contesté. Pero mis continuas bajadas de vista, delataban mi deseo de ver lo que había debajo de su pantalón. ¿No sabés lo que tengo ahi? No. la verdad que no. ¿Querés ver? ¿Puedo? Si. Mirá. Y se desprendió el pantalón y lo bajó, dejando al descubierto una bombacha bordada, de color rosa. ¿Nunca viste una mujer desnuda? Me preguntó. Dudé en contarle que cuando más niño, yo espiaba por la rajadura de la banderola del vestuario femenino del club done mi papá nos llevaba, y le dije que no. Y como mi mirada nuevamente descendió a su entrepierna, me dijo si quería verla a ella. Bueno, contesté. Me miró sonriente, se puso de pie, quedando su pelvis un poco mas arriba de mi cara y se desnudó definitivamente. Ante mis ojos apareció un triángulo de vello casi negro, grueso y muy tupido, que nacía de entre las piernas y se amplificaba hacia arriba, hasta un poco mas de la mitad de las íngles. Entre maravillado y sorprendido, dije; ¡Qué hermoso! Y se me ocurrió agregar; Solo que yo no tengo lo mismo. ¿Ah no? ¿Y qué tenés entonces? Esto. Miré. E imitando sus movimientos, me desprendí el pantalón y lo bajé al mismo tiempo ...
... que los slips de lino que se usaban en esa época, quedando tan desnudo como ella, que sonrió pícaramente y me dijo; Es muy lindo también lo que vos tenés. Y volvió a sentarse, despojándose definitivamente de todo vestigio de indumentaria. Luego sujetó mi ropa, caída hasta los pies y me dijo que hiciera igual. Quedamos definitivamente desnudos los dos. Luego me sentó en su falda y me acarició dulcemente. Había llegado, por fin, el momento más sublime; Me hizo ponerme de pie nuevamente entre sus piernas y agarrándome de las caderas, dirigió mi pito parado hacia la entrada de su ardiente vagina, que lentamente, lo fue tragando. Todavía puedo recordarlo; La cabeza de mi pito estaba al descubierto y la vi primero abrirse paso entre los labios vulvares, carnosos y con algo de vellosidad. Luego siguió el tronco, al que vi desaparecer lentamente, tragado por ese agujero inmensamente goloso. ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Qué sensación fantástica fue sentir mi pija pequeña completamente atrapada en esa caverna carnosa, caliente y mojada, y luego sentir aquella vellosidad pubiana áspera, tocar mi pubis lampiño. Yo no entendía el por qué. Pero aquello era mucho mejor que cuando la frotaba contra las sábanas. Mi vecina me volvió a abrazar dulcemente, mientras seguía con sus caricias y halagos. Yo no prestaba atención. Con mis ojos cerrados, me concentraba en sentir esas cosquillas increíbles que comenzaron a nacer cuando la punta de la cabeza de mi pene, tocó la piel de los labios vulvares, y ...