1. El hijo de la patrona


    Fecha: 16/07/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Danino, Fuente: CuentoRelatos

    Trabajo en una casa con los quehaceres domésticos desde hace 10 años, mi patrona, profesional médica, igual que su esposo, es una persona muy amable y que me brinda toda la confianza que por supuesto merezco. Vivo en la casa toda la semana y sábado y domingo, voy y me quedo en mi domicilio con mi marido. Tenemos al frente de la vivienda una despensa que atiende mi esposo. No tenemos hijos, pues mi esposo nunca quiso y pareciera que mi organismo tampoco lo permite.
    
    Tengo 46 años, mi esposo es más grande que yo, tiene 62 años, pero con una salud delicada, que no le permite tener manifestaciones amorosas y eso hace que nuestro sexo sea espaciado y casi nulo.
    
    El hijo de mis patrones es un muchacho de 18 años, que está por ingresar a la universidad. Está en plena adolescencia, de ahí que he notado más de una vez, espiando por la ventana de mi dormitorio (con baño interno) en la azotea. Consideré normal esa actitud. Me sé una mujer atractiva con un cuerpo armonioso y que gusto a los hombres.
    
    Pero ayer sucedió algo que alteró las costumbres. Lejos de molestarme, el que Pablo me espiara no me molestaba. Casi diría que me excitaba el pensar que a un hermoso muchacho le atraía, me ponía muy cachonda y dejaba que siguieran las cosas así. Pero ayer noté que no estaba solo en la ventana. Había venido con un amigo de su edad. No dije nada y me mantuve cubierta sin mostrarme como lo hacía en otras ocasiones.
    
    Los padres de Pablo, se marchaban aproximadamente a las 9 horas y ...
    ... regresaban después de las 20 horas, A la mañana siguiente, le miré severamente a Pablo y le dije:
    
    —Necesito hablar contigo.
    
    —Dígame Daniela. Qué pasa?
    
    —En más de una ocasión, he notado que me miras cuando estoy en mi dormitorio —le dije, notando que se ponía pálido— No me molesta que lo hagas. Es casi normal a tu edad, esa curiosidad, pero no voy a aceptar que vengas con terceros a espiarme.
    
    Se quedó mudo, sin saber que decir. Bajó la vista y ruborizado y avergonzado quedó con la cabeza gacha.
    
    —Espero que tomes nota de lo que te digo —y agregué— No quiero verte con nadie, espiándome.
    
    Es un joven alto, tiene un cuerpo apolíneo de tanto deporte que hace, muy buen mozo y me dio pena verlo tan humillado por la situación. Pasé la mano por su cabello y murmuré:
    
    —¿qué pretendías cuando me espiabas?
    
    —Nada. Solo quería verla. -musitó por lo bajo.
    
    —¿Verme desnuda? —pregunté— ¿Nunca viste una chica desnuda?
    
    —Nunca vi a ninguna. Y usted es hermosa. —me contestó.
    
    Me sentí alagada por sus palabras inocentes. Y la ausencia de afectos en mis días me dejaba vulnerable.
    
    Lo tomé de la mano y emprendí camino a mi habitación.
    
    -¿Nunca tuviste sexo? —pregunté.
    
    —No, nunca. Solo he visto películas porno y vi todo lo que ellas muestran. Se todo. Pero nunca lo hice. —contestó.
    
    Llegamos a mi habitación y lo hice sentar en el borde del lecho, Cerré la puerta con llave. Estaba entusiasmada con tener un muchacho viril y virgen conmigo.
    
    —ahora verás en vivo a una ...
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