1. Saboreando el juguete de mi mujer


    Fecha: 17/07/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... completamente introducido. Fueron tres cosas al mismo tiempo. Sentir el talón de mi pie, conocer la sensación lujuriosa del consolador en mi culo y el orgasmo que me hizo explotar en semen. Fue increíblemente excitante a tal punto que fui descuidado en mis jadeos y que despertaran a mi mujer. Quede quieto esperando alguna reacción, pero no ocurrió nada. Con cuidado evacué mi nuevo amigo y me sorprendí al darme cuenta de lo que fui capaz de hacer.
    
    A la mañana siguiente, en mi oficina el día fue nulo, una y otra vez con un grado no menor de excitación repasaba mi nueva experiencia sexual. ¿Lo curioso que no sentía ningún cargo de conciencia, debiera haberlo tenido?
    
    La relación con mi mujer, fuera de las conversaciones esporádicas, no mejoraba. Mi nuevo alivio nivelaba mis penurias y minimizaba las ganas de tener sexo con ella.
    
    La reiteración del ejercicio sexual con mi nuevo amante, mejoraron las sesiones y los resultados.
    
    Ahora me explicaba muchas cosas, lo de mi mujer con el juguete sexual y la elección de tanto varón por especies de su mismo sexo.
    
    Como buen humano, seguí en la rutina. Una noche como otras pasadas, preparé todo y puse en dirección a mi querido nuevo amigo insensible. Estaba a media luz iniciando la penetración con mi pie, cuando veo abrir la puerta y aparecer a mi mujer. Totalmente desnuda, con una mirada lasciva y totalmente excitada. Mi sorpresa fue mayúscula, lo que estaba aburrido de esperar, se presenta en el minuto en que el consolador ...
    ... iba a medio camino en su recorrido. La iluminación tenue del dormitorio no le permitió darse cuenta de mi situación y subió a la cama, se recostó a mi lado y con un susurro a mi oído, me comenta, no sabes cuanto te echado de menos, quiero sentirte dentro de mi y que me hagas gozar y acabar como tanto me gusta. Acto seguido, se monta sobre mi falo y mojada como estaba se lo introduce de golpe. Al presionar sobre mi pelvis, el consolador se mete de, también de golpe en mi culito, soltando una exclamación, que mi mujer interpreto de goce por la cabalgata que estaba ejecutando. A cada embestida, más se introducía el consolador en mi culo. En el momento que le llego el clímax, me toma por los hombros y me sienta abrazándome. En ese instante siento como me trago completamente el falo de plástico, en medio de una sensación de dolor y goce indescriptible.
    
    Mi mujer, no es de aquellas que se baja de inmediato, se queda saboreando y moviendo hasta que el carajo pierde su vitalidad. Por las circunstancias comentadas, mi miembro seguía erecto y con la extraña sensación de tener completamente introducido el consolador. Pasaron largos minutos para que se bajara. Mi inquietud aumentaba cada minuto pensando como expulsaría ese volumen de resina o plástico. De vuelta del baño, mi señora seguía con ganas de recuperar tiempo perdido. Invente una excusa y como pude camine al baño. Ya estaba entrando en pánico cuando entré y me senté en la taza. Puje un par de veces, y lentamente asomo cabeza y ...