Me costó trabajo la segunda vez con mi madre
Fecha: 23/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: juandeldiablo1957, Fuente: SexoSinTabues
Pasaron como tres meses, yo ya era oficial del ejército muy joven, apenas tenía 19 años y por lo mismo, cada vez que podía echaba desmadre, como ya era autosuficiente en lo económico, me sentí libre de hacer lo que yo quisiera. Cierta noche que llegué bastante tarde a mi casa, me la encontré bastante enojada conmigo, por llegar tarde y por tenerla con pendiente. Ya era entrada la noche, por eso vestía una batita algo transparente que me dejaba ver le par de tetas grandes y sabrosas que tenía. Esa noche me había tomado unas copas no tantas para andar borracho, pero si, para desinhibirme un poco, molesto por sus reclamaciones estiré la mano y la tomé del brazo y la jalé hacia mí. Pensé en reclamarle y decirle que no tenía derecho de controlarme, pero me detuve al ver que ella estaba llorando, me enterneció verla así, y en vez de decirle eso, le dije “Te amo madre, te amo locamente”. Sin darle tiempo a nada, usé mi mano libre para tomar de la nuca a mi madre y acercar su cara a la mía, pegué mis labios a los suyos y comencé a besarla con gran pasión, lo hice tal vez por el influjo del alcohol que tome o por el gran amor que en realidad sentía por mi madre. Solté su brazo y con la mano libre la abracé por la cintura, ella hizo el intento de zafarse de mi abrazo y de mis besos, a pesar de esos intentos, su lengua correspondía los movimientos de la mía dentro de su boca, todavía hacia el intento de zafarse, hasta que soltó un suspiro y se entregó a mis besos, podía sentir como ...
... temblaba todo su cuerpo apretado al mío, mientras yo la seguía abrazando y besando. Con las manos le acaricie las nalgas, se las sobe y se las estruje, ella apenas se movía, cuando sintió mis dedos tratando de separarle sus dos cachetes, ella reacciono e hizo el intento otra vez de separarse de mí, pero era inútil, yo la tenía bien sujeta con una mano, mi mano libre no cesaba de tocar sus nalgas. Nuestras bocas se separaron y ella recupero el habla y me dijo. Hijo, te has vuelto loco, soy tu madre, no puedes hacerme esto otra vez, me dijo angustiada. Yo le conteste, no me importa mamita, te deseo más que a nadie, te deseo desde aquella noche que por primera vez fuiste mía, madre mía, he tenido el deseo ardiente de tenerte otra vez en mis brazos para amarte, como nunca he amado a una mujer y la seguí besando. Ella no dejaba de resistirse, me pedía que parara, me rogaba que la soltara, me suplicaba que recuperara la cordura y yo solo contestaba que no, que no la dejaría libre. Mi boca buscaba besarla en el cuello, en su cara, en su boca, solo la dejaba de besar para que ella tomara respiro, agarrando aire, me seguía diciendo: Por lo que más quieras hijo, te lo ruego, contrólate por favor, me dijo entre susurros. Me separe un poco de ella y le dije, lo que yo más quiero es que vuelvas a ser mía, quiero volverte hacer el amor, quiero que seas mi mujer, la abrace con más fuerza y la seguí besando, ella como pudo me dijo, pero esto está mal hijo, recapacita, no puedes hacer esto otra ...