Me costó trabajo la segunda vez con mi madre
Fecha: 23/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: juandeldiablo1957, Fuente: SexoSinTabues
... sin quitarle la vista a mi verga, avance hacia ella, al mismo tiempo que ella se ponía de pie y me dejaba ver su hermosa figura desnuda. Me detuve a pocos centímetros de ella, el rostro de ella se mostraba dubitativa y parecía que intentaba decirme algo, pero no sabía cómo hacerlo. Fui yo, quien rompió ese incomodo silencio, madre, yo sé que todavía tienes dudas sobre lo que va a pasar a pesar de lo que hemos hecho los dos, pero ya no hay marcha atrás. Después de lo que paso anoche ya no podemos volver a ser como éramos antes, ya no somos solo madre e hijo ahora vamos a ser amantes también, le dije, al mismo tiempo que le tomaba la mano y la acercaba a mí, ella me abrazó con fuerza y empezó a temblar, al tiempo que me decía, tengo miedo hijo, tengo miedo de que estemos cometiendo un gran pecado los dos, pero no quiero que me dejes, sin ti no tengo razón de ser, al decir esto dejó de temblar y su voz se tornó más segura, continuo, no puedo soportar la idea de perderte, así que prefiero pecar a tu lado y condenarnos los dos, a dejarte ir, hazme tuya, cógeme, cógete otra vez a tu madre. En cuanto terminó de hablar nos dimos el beso más apasionado que jamás he sentido en mi vida, nuestros cuerpos se mezclaron en un abrazo prohibido, mis manos acariciaban sus pechos, apretaban sus nalgas, se deslizaban sobre su cintura y sus caderas, mientras que mi boca y mi lengua se enredaba con la suya, ella no se quedaba atrás y correspondía a mis besos y mis caricias de la misma forma. La ...
... recosté sobre su cama para subirme sobre ella, la seguí besando, mi boca bajo hasta sus tetas y se las empecé a chupar arrebatándole suspiros de placer. Me pedía más, me rogaba que siguiera, me decía, muérdeme los pezones, mi amor, chúpamelos como cuando eras un bebé, mi cielo, me matas de placer. Mi boca pasaba de uno de sus pechos al otro ayudado por mi mano que apretaba con fuerza la teta que quedaba sin atender. Ella acariciaba mi cabello y suspiraba con fuerza. Me reincorpore un poco, hice que abriera las piernas y las levantara, pude ver su vagina que tanto ansiaba, sin esperar a nada hundí mi cara en su vagina y comencé a comérmela como desesperado, los suspiros de mi madre se transformaron en gemidos de placer. Mi lengua se movía a placer dentro de su vagina, jugaba con su clítoris y mordía sus labios vaginales, ella “¡Sí bebé, sí bebé, más, más, dame más!”. Yo podía sentir como se humedecía su vagina más y más, hasta que ella logro un orgasmo intenso mientras yo devoraba sus jugos con fruición. Levanté mi cara de entre sus piernas y la miré directo a los ojos, su cara mostraba una lujuria que seguramente era reflejo de la mía, ella ansiaba este momento tanto como yo y no la iba a defraudar, me reincorpore de nuevo y la comencé a besar de nuevo, mis manos acariciaban todo su cuerpo, desde su cintura y sus nalgas, pasando por sus tetas y su rostro, de pronto escuche a mi madre decir, hazme tuya, hijo mío, tómame bebé, cógeme, me decía entre gemidos y suspiros. Yo no me ...