1. Espartano y Profesora... empieza el vicio


    Fecha: 23/07/2020, Categorías: Erotismo y Amor Autor: ESPARTANO, Fuente: CuentoRelatos

    Después de la primera cachada y puesta de cachos a su marido, la profesora tenia sentimiento de culpa, era de esperarse una mujer recatada con buenos principios había faltado a su matrimonio, pero había algo bien claro era una mujer de carne y hueso que necesita pinga y gozar de todos los placeres que dan las cachadas después una leve platica en ese cuarto de hotel saque la otra botella de Vino, ya estaba un poco picada y en otro mundo sus pupilas dilatadas y su coño súper mojado.
    
    Le dije:
    
    —necesito que hagas algo...
    
    —qué cosa —me dijo.
    
    —quiero que me chupes la pinga mi amor, así como está.
    
    —ya...
    
    Mi pinga estaba aun con todos sus flujos vaginales y mi leche aún estaba en mi pinga que escurría.
    
    —primero lambela como si fuera tu paleta, tu chupete, con toda tu lengua.
    
    Sin mediar palabra bajó e hizo lo indicado. Descargas de placer me llegaban a la corteza de mi cerebro que me hacían retorcer y emitir quejidos. Con una mano agarré mi pinga y empecé a exprimirla para que salga toda la leche que se había quedado en ella y dársela en la boca… Sus palabras fueron:
    
    —saladito amor que rico, no pensé que la leche fuera tan rica mi amor —me decía— ¿puedo seguir chupando?
    
    —claro mi amor —le dije.
    
    En un desliz bajó a mis pelotas que aún estaban con residuos de su leche y la mía, se las metió en la boca un rato cada una. Esos espasmos de placer que me daba eran inimaginables. Había despertado a una bestia insaciable de placer, a un volcán de arrechura, ...
    ... pero yo feliz porque estaba dispuesto a calmar todo eso después que me hizo eso, le dije:
    
    —profesora es momento de que te haga lo mismo.
    
    —No tu no me hagas eso —exclamó.
    
    —¿por qué?
    
    —no lo hagas por esto —me dijo y se metió la mano en el coño y estaba mojada, su mano brillaba de todos los fluidos que estaban saliendo producto de la arrechura.
    
    —amor —le dije— no importa, dame tu coño, no me importa como esté, así... es más —le dije— en un momento le sacaré más...
    
    La acosté en el filo de la cama, le levanté las piernas como ginecólogo y ahí estaba ese coño que invitaba a que le hagan de todo. Cogí mi dedo índice y pulgar de la mano derecha y lo abrí... su clítoris estaba allí, rosadito y apetitoso… me acerqué despacio y con la punta de mi lengua empecé a acariciarlo y ella empezó a gemir y a gritar no aguantaba el placer y la sensación que tenía... con sus manos trataba de alejarme, pero yo estaba prendido allí… lambiendo y chupando su coño.
    
    —déjame —le decía— quiero que te vengas en mi boca.
    
    —espartano no, ya déjame no aguanto —gritaba.
    
    —no importa, solo dejate llevar amor.
    
    Se retorcía como culebra en arena caliente, pero yo seguía prendido en su coño, después de varias movidas y succionadas de coño, llego lo más apetecible. Se vino en mi boca todo ese néctar… salí de allí abajo y le mostré.
    
    —mira amor —le dije.
    
    Ella se sentía avergonzada...
    
    —no te preocupes... esto va pasar siempre que cachemos y te chupe el coño.
    
    Le enseñé mi pinga que ...
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