El Intruso capítulo 1 - Relatos Eróticos

El Intruso capítulo 1

... siguió acariciando y lo masturbó suavemente, se quedó callada mirándome a los ojos y sintió que mi erección se iba ‐ Te gusto ver cómo me enculaba sin piedad ¿verdad? Nuevamente mi pene dio pulsaciones de querer llenarse, eso era lo que ella experimentaba, que tanto me excitaba yo con verla cogiendo con otro hombre ‐ ¿Quieres que lo siga haciendo? ¿Quieres que me coja a diario con tu permiso? ¿quieres verme gritar como loca sobre él mientras me la mete en el culo? Ya lo he hecho, lo puedo hacer para que tú me veas Mi pene ya estaba firme como una roca, mi boca abierta mientras respiraba agitado, no me movía mis manos estaban a los costados, solo me dejaba excitar por ella con sus manos y sus palabras ‐ ¿Sabes que en este momento posiblemente se esté masturbando mientras mira mis fotos? ‐ Aaahhh-- No pude evitar gemir ‐ Ah sí, me ha tomado fotos y videos, le gustar ver cómo me trago su leche frente a la cámara ‐ Aaahhh ‐ Eso te gustaría ¿verdad? ‐ Si… aaahhh Ella me estaba llevando a un punto de excitación muy intenso, mi pene duro por sus palabras, ella me sonreía entre maliciosa y feliz. ‐ ¿Te excita verme con otro? ‐ Sí, pero también a ti te gusta, te amo y quiero que sigas así aaahhh Acelero su mano haciendo que gimiera de placer, mis manos temblorosas acariciaban mis muslos, los apretaba sintiendo hasta dónde me llevaba ella ‐ ¿Y cómo quieres que sea? ¿Tú aquí… o no? ‐ No lo sé, si quieres lo traigo y te la pasas con él en las mañanas mientras yo trabajo y cuando yo ...

... llegue en la tarde me cuentas lo que hiciste Ella detuvo la masturbación, me miró a los ojos y se levantó, me beso con pasión, mis manos se dirigieron a sus nalgas por debajo de la bata, acaricie su raja de la cual salía leche… mi leche, nunca antes había eyaculado esa cantidad dentro, con la leche me dirigí a su culo y lo acaricie, tímidamente metí un dedo, ella sonrió mientras lo hice, se volteo y se hincó en la cama, volteo su cara y me miró. ‐ Hazlo ‐ ¿Quieres que lo haga? ‐ Él no pidió permiso, y yo soy tuya, tú puedes hacerme lo que tú quieras, mi cuerpo es tuyo ‐ Me puse atrás de ella y dirigí mi pene a su culo ‐ No te lastimo yo ¿verdad? ‐ No—ella sonrió tiernamente por mis palabras-- el pene de ramón es más grande y me abrió ya desde hace mucho, hazlo Mi pene entro como en mantequilla, no sentí resistencia, me moví atrás de ella sodomizándola, era la primera vez que lo hacíamos, me sentí en la gloria, enculaba a mi mujer gracias a su infidelidad, lejos de enojarme ahora estaba muy contento con ello. ‐ Aaahhh mi amor, dime ¿te gusta?—pregunto ella recibiendo mi pene en su culo ‐ Me encanta, quiero que esto sea eterno ‐ ¿quieres sentir más rico? ‐ Si ‐ No, te muevas, yo lo haré Inicio un movimiento de cadera que hiso que mi pene sintiera el mayor placer que un hombre puede sentir, sentía sus poderosas caderas moverse con mi verga dentro, en ese momento comprendí porque existía el reggaetón y el “por qué” del movimiento de esas niñas con los tipos atrás de ellas, era el ...