1. Patas arriba (VI)


    Fecha: 03/08/2020, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... tetillas, su vientre plano, seguí el caminito hasta su pene y finalmente pude degustarlo, Vanya ya gemía y yo era feliz viéndolo gozar, además que su cuerpo emana un atractivo, me imagino que tiene que ver con su personalidad, pero a mí me parece guapo.
    
    Vanya ya estaba por acabar cuando me interrumpió y me dijo que no quería correrse todavía, que esta noche sería completa. Yo temía que llegara este momento y no me sentía preparado, nunca había estado con un chico, ni había tenido sexo anal con una chica, sé que puede ser muy doloroso y no quiero que mi Vanya pase por eso, más que me confesó que es virgen, quiero que sea especial para él, como esta noche lo es para mí.
    
    Iván entonces me dijo que tenía una fantasía para su primera vez: nada de látex, todo natural, sin condón y que acabara dentro de él. Suspiré aliviado. Pensaba darle eso, aunque no sabía cómo decírselo, quería que fuera inolvidable para él y lo haría, le cumpliría todos sus deseos. Le dije que no podría penetrarlo sin lubricación, así que necesitaba que se pusiera en cuatro para poder prepararle el culito, me dijo que lo haría, pero no sabía cómo entrarle, la verdad es que ese culito firme, redondito y rosadito me apetecía mucho, pero nunca me había comido uno. Nunca he visto porno gay y los heterosexuales que he visto tener sexo anal eran unos bestias que metían el pene sin más, lo que generaba gritos y aullidos de dolor y no quería eso para mí Vanya, quería que lo disfrutara, que se sintiera totalmente ...
    ... mío como yo era suyo. Sabía que tenía que depositar saliva, pero no le iba a escupir sin más, así que decidí saborearlo un poco, primero un beso, sabía muy rico, además, sus nalgas me provocaban besarlas y hasta darles suaves mordiscos, pronto el deseo fue guiando mi cuerpo para que Iván gozara tanto como yo y a la vez ir depositando saliva mientras estimulaba su esfínter, que dócilmente se iba dilatando, aunque a mí me gustaría que fuera más rápido, pero la verdad su culito sabía tan bien que podía seguir allí y a juzgar por los gemidos de Vanya, lo gozaba tanto o más como quería hacerlo.
    
    Finalmente creí que estaba listo y mi pene estaba ya a reventar, no lo había tocado, pero estaba en su máxima excitación y salían gotitas de preseminal de él. Vanya me pidió que lo hiciera de una vez, que no quería esperar más y lo complací. Puse mi glande en la entrada de su ano y fui empujando, poco a poco, con paciencia, me detenía cada vez que notaba que se tensaba para que se acostumbrara a mí y le preguntaba si estaba bien, él sólo me respondía que sí, pero que quería sentirme totalmente dentro, entonces le besaba la espalda y lo intentaba un poco más. Cuando me di cuenta, estaba totalmente dentro, estaba tan atento a no hacerle daño, que no percibí lo rápido que iba, sin embargo, cuando sintió que ya estaba totalmente dentro, me dijo que era el mejor momento de su vida, que por fin se sentía plenamente feliz, que lo que más había querido desde el accidente era este momento. Tuve ...
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