1. Gracias a Felix...


    Fecha: 05/08/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... caballo? Eres un puto cerdo...
    
    Pero enseguida me corté, pues pensé que me había pasado y que con aquellos comentarios podría haberle herido profundamente la sensibilidad. Félix se recostó un poco mirándome sorprendido o exasperado, no sé. Por mi parte tuve que apresurarme a decir, apretando más sus huevos, queriendo que no se escapasen:
    
    -¡Félix, tío! Lo siento, no quería insultarte así, no lo decía en serio...
    
    -¡Sigue! No te preocupes, ¡me gusta! ¡Oh, Dios, que gustazo, chúpamela e insúltame, dime más, más!
    
    Reí de gusto y sorprendiéndome a mí mismo. ¡Le gustaba! Entonces no podía defraudarlo...
    
    -Mmm, qué poya de maricón... seguro que te echan leche por todos tus agujeros cuando te follan como a los animales...
    
    -Ostia...
    
    -¡Levanta la tranca! ¡Impotente de mierda!
    
    -¡Ja!
    
    -Oso de mierda, folla niños... ¿Te crees muy macho, eh? No me llegas... zzzmmmm, no me superas, gilipollas, mira como te la chupo y estás a punto de estallar, mira cómo te la chupo y no aguantas...
    
    -aaaaa¡Para!
    
    Se irguió de sopetón dejándome pasmado, y con cara de furia se abalanzó sobre mí poniéndome boca arriba y con la cabeza sobresaliéndome del sofá, enérgicamente.
    
    -¡Diooos, Blas, te vas a enterar!
    
    Solté una risotada, y sentí cómo se pegaba a mis ingles la lengua de Félix. Reí más, y subí las caderas cuando estuvo la punta gordísima de mi poya justo debajo de la boca de mi amigo, y él a su vez aprovechó para ir metiéndome mano en el culito. ¡Es lo bueno que tienen las ...
    ... manos, que pueden hacer muchas cosas a la vez, cada una a lo suyo!
    
    -Ostia, zzzbbllmmmm, oh, Blas... cuanto pelo... mmmm, qué peludo tu culo...
    
    -Lame, cabrón, lame... –le espeté rugiendo de placer...
    
    -ZZZZmmmmlll, zzzggg, zzzggg...
    
    Emepzó un sube y baja de cabeza que sorbía mi polla y todo sus jugos, haciendo mucho ruido...
    
    Su dedo, por otra parte, iba horadándome el hoyo, jugueteando con mi espalda y enseguida llevaba de nuevo golosamente sus manos por toda mi espalda... De nuevo me metía su dedo, y me lo sacaba... lo metía, y lo sacaba...
    
    Risas, lametones... Qué gozo cuando me abrió de muslos sujetándolos fuertemente y acogiendo a mis dos cojones como inquilos en su boca. O cuando en esa misma postura acomodó en el hueco de mis muslos su pecho para chuparme todo el pecho y mi ombliguito...
    
    Disfrutamos indeciblemente, y aún así se quedó con ganas de desvirgarme analmente; solamente le dejé que me metiera un dedo... bueno, quien dice uno dice dos o tres, ¿no? ¡Y de todas formas yo también le hice, también...! Como había visto hacer en una película, le lamí todo el culito lo bien que pude (eso fue en la ducha), mi lengua se volvió viva ella sola cuando entraba en su agujero... "¡menudo agujeraco de puto!" le decía yo de broma, y él se excitaba más... ¡jejeje! Me detuve en esa parte donde empiezan nuestros cojones y termina el culo, ahí es donde más lamí y donde saqué el gusto... ¡Me faltaron manos manos para cogerle los muslos, los cojones, su poyón y para ...
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