1. Gordibuena


    Fecha: 08/08/2020, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... ratifican de manera rotunda un cuerpo que para mí es verdaderamente deseable, en el que hay de todo en cantidad y bien puesto. ¿Podría pesar menos y quizás ser más atractiva? No lo sé, así está muy buena.
    
    Berta y Carmencita se han marchado y ni me he dado cuenta. Debo parecer tonto, de pie, mirando a Graciela y sin decir nada. Espero no estar con la boca abierta.
    
    —Oye, ¿llevas el móvil metido dentro del bañador?
    
    —No, ¿por qué?
    
    —Entonces, es que te has empalmao mirándome los pechos, supongo
    
    —Ah… bueno, sí. Disculpa, es que estás muy buena, espero no haberte molestado
    
    —No hombre, es que estoy pensando que Carmen y Berta te han dejado aquí conmigo para poder tener sexo, y no me parece bien. Lo suyo sería que tú y yo también nos fuéramos a follar, no pareces gay y estás bueno. ¿El paquetón que marcas es de verdad?
    
    En el camino hacia el hotel me he puesto más cachondo todavía al ver como se mueven suave y lentamente sus pechos libres bajo la fina camiseta de algodón —con el logotipo de la empresa, nos han dado cuatro a cada uno, de distintos colores— que se ha puesto. Tiene un caminar portentoso, majestuoso, con esas nalgas capaces de bailar levemente de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, las dos al unísono, al ritmo que van marcando sus fuertes piernas. Calza sandalias de tacón alto que le alargan las piernas de manera increíble. No han pasado cinco minutos y ya estamos en su habitación. Como es jefa —está destinada en Valladolid en la división de ...
    ... grandes supermercados— tiene una para ella sola, yo la comparto con Juan.
    
    —Deja que te quite el bañador. Vaya pollón que te gastas. Me gusta
    
    Se separa de mí un par de pasos, se da la vuelta, se dobla por la cintura y lentamente, exhibiéndose, se quita la braga del biquini. Joder, qué culo, con una oscura raja que casi oculta una gran y apretada roseta del ano, de un suave color granate, el mismo de su chocho, que se ve grande, con los grandes labios vaginales cerrados —al mejor estilohamburguesa— un poquito más abajo, al final de las prodigiosas nalgas. Cojonudo.
    
    Nos abrazamos y me besa comiéndome la boca inmediatamente, a lo que respondo metiéndole la lengua hasta las amígdalas. Tras unos largos momentos de guerra de lenguas nos separamos, lo que me sirve para valorar su coño, grande, de labios anchos, abombados, del mismo color que sus pezones, sin vello púbico, que lleva rasurado excepto un fino denso cordón de color castaño que sube desde el final del sexo, a lo largo del vientre, hasta cerca del gran achinado ombligo.
    
    —Ven, te la quiero comer un rato
    
    Se sienta en una esquina de la cama, coge mi rabo tieso y duro —creo que estoypalote como en pocas ocasiones— y tras lamer el capullo suavemente tres o cuatro veces, se la mete en la boca, primero como hasta la mitad, subiendo y bajando, segregando mucha saliva, después llegando cada vez más lejos, hasta que logra besarme el pubis con la polla entera dentro de la boca. Lo repite varias veces seguidas, se nota ...
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