1. La lluvia (PARTE 2)


    Fecha: 11/08/2020, Categorías: Hetero Autor: sexonavegante, Fuente: RelatosEróticos

    ... momento. La luz azulosa del relámpago delineaba su exquisita y arqueada figura en un momento de clímax inimaginable.
    
    Ella se quedó quieta unos cuantos segundos, encajándome las uñas en el pecho, conteniendo la respiración, disfrutando cómo mi dura tranca se descargaba a chorros dentro de su ser. En ese momento su cuerpo era presa de espasmos de placer que la recorrían desde su vagina hasta la punta de su hermosa cabellera.
    
    Una sensación de placer recorrió todo mi cuerpo al venirnos juntos. Aún podía sentir la hinchada cabeza de mi pene pulsando dentro de su vagina.
    
    Creí que todo había sido consumado, pero lo mejor todavía estaba por venir. Fue entonces que ella tomó aire y empezó a contraer su vagina suavemente varias veces. Yo sentí las contracciones de su vagina apretando mi carne. La sensible cabeza de mi pene recibía sus dulces apretones enviándome indescriptibles sensaciones de placer. Era como si me succionara, como si su vagina me besara dulcemente. Mi pinga aún estaba dura y caliente. Sentí que mi cerebro hiba a explotar de gozo. Esa chica en realidad era especial. Mi reacción no se hizo esperar más y otro chorro de caliente semen salió disparado nuevamente mientras su panocha me excitaba apretándome la verga una y otra vez, contrayéndose a su antojo exprimiéndome hasta la última gota de mi leche. Ella seguía ensartada en la dureza de mi tronco, con sus hermosas caderas montada sobre mí.
    
    -Aaahhh, . . qué ricooo- exclamó, mientras sentí un último ...
    ... apretoncito sobre el capuchón de mi falo.
    
    Luego volvieron sus movimientos rítmicos, suaves ésta vez.
    
    La lluvia afuera ya era mas ligera.
    
    Dejé sus pechos y la tomé de la cintura jalándola suavemente hacia mí para besarla y ella me correspondió de la misma manera. Una de mis manos acarició su cabello bajando por su espalda mientras que con la otra volví a acariciar la suave piel de sus nalgas que sinceramente me encantaban. Aún su vagina totalmente mojada abrazaba mi pene y los movimientos suaves de sus caderas eran como un placentero masaje de agradecimiento por el orgasmo que acababa de estallar en ella. Pero realmente el agradecido era yo. Esa hembra me había cogido a su antojo, a su manera, exprimiéndome a placer cada gota de leche. Regalándome los momentos más maravillosos desde hacía muchísimo tiempo en mi vida.
    
    -Gracias- le dije mirándola a los ojos, –eres una mujer maravillosa . . . en verdad gracias por estos hermosos momentos que me has dado- .
    
    Ella me miró extrañada y algo sorprendida, tal vez porque no esperaba esa respuesta de mi parte. Sus ojos se humedecieron un poco como queriendo escapar una lágrima y me dio un beso.
    
    -Tú también eres algo especial- dijo Gina mientras se despegaba de mí buscando su blusa en la oscuridad.
    
    Se puso de pie para acomodarse su ropa mientras yo abrochaba mis pantalones. Desde el piso se veía su hermosa figura como un monumento a la belleza femenina.
    
    -Eres muy hermosa Gina . . . yo realmente . . .- no me dejó terminar la ...