1. NUESTRO ENCUENTRO III


    Fecha: 12/08/2020, Categorías: Incesto Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues

    Pasaron los días alejados de mis seres queridos, sacrificando la felicidad y compañía de mis seres queridos, más en verdad estaba feliz pues en mi vientre se fecundaba el amor que me daría la dicha, regocijo y paz en mi vida, además del gran secreto en mi vida. Rentaba en una pequeña casa que estaba lejos de la muchedumbre donde respiraba la tranquilidad de los prejuicios de mis padres, donde pasaba las horas cuidando del amor que venía en camino, juntos sin saber noticias de nadie. Habían pasado ya tres meses desde aquella noche, tres meses en los que no había tenido sexo, yo, una mujer que en mi vida no había dejado pasar ni tres días para tener sexo, pero necesitaba ser penetrada, sentirme mujer, sentir el éxtasis de la fusión de dos cuerpos, tan cierto era que mi estado y la falta de sexo aumentaban el libido al máximo pasando en mi mente una película desenfrenada de sexo del cual no tenía. La noche pasaba como muchas otras sumergida en mis pensamientos, anhelando lo prohibido, deseando la manera de satisfacer mi necesidad, pensaba utilizar dildos y vibradores, sin embargo, nunca había experimentado con esos juguetes sexuales, y tal vez no me sentiría satisfecha, necesitaba una buena verga que me dejara contenta, pero el mismo pensar era cansancio pleno para mí, que caí en sueño profundo. Al siguiente día amanecí demasiado caliente y húmeda. Decidí ponerme un short y una blusa de embarazada. Era una blusa roja con escote que permitía mostrar parte de mis pechos. Me puse ...
    ... unas sandalias y fui al supermercado. Literalmente fui de conquista para ver si podía ver a algún joven quien pudiera convencer para que me cogiera. Vi a dos o tres pero me miraron con demasiado respeto al verme embarazada, pese a que les lancé miradas ardientes, no tuvieron efecto. Sin más realice las compras y volví a casa, desmoralizada. Allí, me quité mi short y mis sandalias y me senté en el sofá de la sala para ver televisión. Rato después, alguien tocó a la puerta. Fui sigilosamente a ver a través de la mirilla y ¡oh!, mi corazón dio un vuelco, era mi hermano mayor, Antonio, el padre de mi bebe, mi corazón palpito de emoción, no sabía si abrir o dejarlo ahí esperando, dudaba de su presencia no quería que se enteraran donde vivía y mucho menos mis padres. Al principio no supe qué hacer, hasta olvidé que me había quitado el short y entreabrí la puerta al verme miró mis piernas y abrió los ojos desmesuradamente al darse cuenta que llevaba tan solo calzón, le invité a pasar pidiéndole que disculpara que estuviera en fachas. ¡Ni lo digas, te ves muy bien! apenas atinó a decir. Se sentó en el sofá y aunque estaba pregunto qué ¿Cómo estaba? Yo le observaba y no perdía de vista sus ojos que varias veces voltearon hacia mis piernas. Le respondí que dentro de lo que cavia bien, con los cambios de una mujer embarazada frustrada y se puso más nervioso: ¿frustradas? preguntó. Y entonces no paré de hablar. Le comenté sobre la inmensa necesidad de volver a sentirme mujer, sobre todo ...
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