La Hija -4-
Fecha: 17/08/2020,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos
... presente.
—Parece que nuevamente tendremos que contar hasta diez —susurro en mi oído.
—Perdón, perdón, perdón… —susurre
—Estas perdonada, pero de todas maneras tengo que castigarte —susurro— ¿quieres ver que compré hoy?
Se puso de pie y salió de mi habitación, los minutos pasaban, mi cuerpo reaccionaba a la espera, estaba ansiosa, expectante, imaginarme esposada a mi cama sin mi ropa interior era una visión morbosa de mi misma. Mi mente divagaba entre morbosos pensamientos hasta que una de mis nalgas sintió como era acariciada, sus dedos juguetones la recorrían con habilidad haciendo que me excite cada vez más.
—Mira… —dijo acercando a mí una bolsa de papel madera.
Contenía dos elementos, el primero era simplemente una vara de madera de color roble, pude sentir su suavidad cuando comenzó a acariciar mi piel con ella, dibujando pequeños círculos en mí y dándome unos golpecitos en mi cola.
—Esta es la opción A, recuérdala. —dijo sonriendo muy tranquilo.
—“No me gusta para donde va esto…” ¿Opción A? —dije mirándolo a los ojos tratando de adivinar sus pensamientos.
El segundo objeto era una fusta de cuero trenzado de color negro, fue algo que me dio bastante miedo, recorría mis piernas lento, pero sin pausa, la lengua de ese objeto acariciaba mi piel.
—Esta es la opción B, me gusta mucho ¿Cuál prefieres?
—¿Para qué? —pregunte temerosa de escuchar la respuesta.
—Vamos a contar hasta diez.
—“¿Me pregunta con que quiero ser azotada? Supongo ...
... que prefiero la fusta antes que la vara, debe ser menos doloroso ¿es así como va a ser a partir de ahora? No sé qué elegir…me va a doler de todos modos…”
—¿Prefieres acaso que elija yo?
—¡No!... yo lo hare mi señor —respondí inmediatamente— Opción B.Acaricio mi cabeza con cariño mientras me ponía un antifaz, el tiempo comenzó a transcurrir mientras mi ansiedad aumentaba, el primer azote golpea con violencia mi cuerpo arrancándome el primer número de la cuenta —Uno, Mi Señor —Uno a uno los azotes fueron cayendo sobre mi piel, en periodos irregulares de tiempo seguidos por mi obediente cuenta, algo estaba despertando este juego morboso o enfermo todo dependía del modo de verlo, lo único que para mi punto de vista era evidente era que lo deseaba, al son de cada azote se estaba cumpliendo una de mis fantasías más intensas con Javier.
El castigo había concluido, mi piel ardía, mis muñecas dolían de tanto retorcerme, mi respiración era agitada, mi pecho subía y bajaba de forma frenética, mis ojos se encontraron con los suyos encontrándome con un sentimiento que desconocía, que se ocultaba tras esos ojos penetrantes.
—Lo has hecho muy bien —dijo acariciando mis nalgas, lo que causo que me estremezca por el dolor— muy bien… tengo algo para eso, relájate.
Busco nuevamente en la bolsa de papel madera, el ruido llego a mis oídos haciendo que nuevamente me estremezca ¿Qué seguía ahora? Sentí algo frio que comenzaba a recorrer la zona adolorida, me aliviaba, refrescaba mi ...