UNA HISTORIA - Relatos Eróticos

UNA HISTORIA

... gorditas, apreté su pezoncillo cada vez mas hasta que volvio a gritar, a lloriquear pero de nuevo sin decir que parara ni nada por el estilo, la castigué los dos pezoncillos, quité la mano, la zorrita seguia lloriqueando inclinada, yo excitadisimo, mi mano toco el culo, la braguita, metí la mano, hasta primero llegar a su churrita, era minima minima y sus huevitos infimos, cogí todo con mi mano grande y tiré hacia atras, jadeo de dolor saltaba como una perrilla, y le hablé. - Asi cabrona me vas a ser una putita obediente en mis manos entendido, - Si dijo con una voz, ronca por el dolor, - Eso es guarra, mientras no te lo conceda no vas a hablar entendido, Asentó con la cabeza, me tenia loco su culo, grande redondo, empecé a decirle - Eres una gordita muy puta por lo que veo, yo te voy a quitar las ganas de putear y de comer pollas a los viejos, te voy a domar como a una yegua, vas a terminar siendo una putita obediente, solo obedeciendome a mi, vas a terminar siendo mi gordita, Ella solo se le escuchaba gemir, mi mano no dejaba de frotar su ano, a la vez que le hablaba, hasta que me chupe un dedo, empepandolo bien en saliva se lo extendí frotando su ano, la zorra gemia, empape mas y mas de saliva hasta que se lo fui, introduciendo sin violencia esto claro, suavemente viendo lo que iba admitiendo, pero quien me sorprendio fue la zorra, cuando mi dedo se iba introduciendo ella iba gimiendo mas y mas hasta que se lo metí todo, se lo deje todo dentro, viendo como gemia, sin ...

... sacr ni un milimetro lo movia circularmente dentro de su ano, a la vez disfrutando viendo como jadeaba la zorra hasta que ella misma empezó a culear a gritar, a la vez sentí como mi dedo era apretado por su ano, notaba perfectamente como la perra se estaba corriendo, como una zorra con mi dedo, sin acariciarse su pollita siquiera pues las manos estaban alli apoyandose como podia entre jadeos a mi muslo, hasta que tuve que agarrarla porque se caia, del tembleque de piernas que tenía, acaricié sus dos nalgas con una mano con la otra lo tenia agarrado como a un pelele, apenas me pesaba me esforzaba, cuando mi dedo volvió a entrar en su culito, volví a hacerle lo mismo, la zorra volvio a reaccionar igual, volvio a correrse a gritos apenas un par de minutos despues esta vez quedó aún mas derrotada. Esta vez lo levanté aguantandolo, aun quedo gimiendo un tiempo mientras yo lo tenia cogido sus nalgas pegada a mi pantalon mi brazo rodeandolo, aguantandolo a la vez, escuchando sus jaceos, de derrota sintiendo su endeblez por las dos corridas y vaya dos corridas, anales, yo estaba sorprendido anrte lo que habia presenciado, hasta que tiré de él, hacia donde estaba nuestros coches, no lo solté, caminó como pudo delante de mi, agarrado por mi, lo acerqué a mi coche, abrí el coche la puerta trasera, lo hice sentarse pero con las piernas hacia la abierta puerta yo de pie fuera me bajé el pantalón, el calzón, mi verga quedó fuera y se la hice comer, obedeci´ño callado, era jovencito, muy ...