1. Berta, cenicienta de aldea


    Fecha: 18/08/2020, Categorías: Humorísticos Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... menos.
    
    -Mejor que sea más.
    
    -Mete un dedo en el coño.
    
    Berta metió el dedo. Le entró apretado. Aunque no rompió el himen, ya lo habría roto con algún esfuerzo.
    
    Alba siguió con la lección.
    
    -Cierra los ojos y piensa en alguien que te guste.
    
    -Chino me gusta.
    
    -En un perro no, mujer. En un hombre. Piensa que el dedo es su picha e imagina que te hace todo lo que tú deseas, o piensa en una mujer. El caso es que te pierdas entre tus fantasías...
    
    Tres pajas y tres orgasmos después de Berta meter y sacar dedo, de frotar el clítoris, y de frotar y meter y sacar dedo al mismo tiempo. Alba volvió a su habitación con un problema con el que no contara, se había enamorado de Berta.
    
    A la mañana siguiente, Berta, tenía unas ojeras que le llegaban a los pies. Yolanda, desayunando con Berta con Alba y con sus hijos, le preguntó:
    
    -¿Qué estuviste haciendo esta noche para tener esas ojeras?
    
    Berta la noche anterior aprendiera hasta a mentir.
    
    -Los truenos no me dejaron dormir.
    
    -En algo pasarías el tiempo. ¿Te estuviste rascando el coño?
    
    -Sí, me entró en el coño una de las pulgas que tiene Chino. ¿Contenta?
    
    Yolanda encontró desconocida a Berta.
    
    -¡Qué espabilada se levantó la mosquita muerta!
    
    Leandro, le preguntó a su hermana:
    
    -¿Estuviste en la habitación de Berta, Alba?
    
    -Pues sí, pero me mandó a hacer puñetas.
    
    -La calentaste. Es una pajillera.
    
    Pensando que la insultaba por haberse criado entre pajas, le dijo:
    
    -Y tú un perro, un perro que ...
    ... lame coños.
    
    Yolanda, se mosqueó.
    
    -Mira doña putita. Nos estuvo espiando.
    
    -Puta, tú. Te gusta que te coman el coño. ¡Hay que ser puta, pero bien puta, para joder con los hijos!
    
    A una puta si hay algo que le dé por culo es que le llamen puta. Berta, la había armado.
    
    -¡Un mes castigada a hacer las tareas de la casa! Vas a cocinar, lavar, fregar, planchar...
    
    Berta no estaba preocupada.
    
    -No se me van a caer los anillos, pero ahí queda eso.
    
    -¿Qué queda?
    
    -Qué eres una puta.
    
    -¡Un año castigada!
    
    -Mejor dos. Después ya hablaremos.
    
    -¿Ya aprendiste a contar, analfabeta?
    
    -Sé contar hasta diez, y es lo que voy a contar cuando cumpla los 21 años, después de diez ya estáis en la calle.
    
    -No añadiste, puta.
    
    -No hacía falta, ya lo tienes amisilado.
    
    -Querrás decir asimilado.
    
    -Me alegra que me lo confirmes.
    
    Berta pasó de ser la heredera a ser la sirvienta.
    
    Por la noche...
    
    Jacinto, entró en la habitación de Berta, que ahora estaba en la parte del servicio, servicio que nunca tuvieran, y se encontró a Berta en plena paja. Tenía a Chino en la cama. En aquel momento el perro se rascaba las pulgas de una oreja con una pata.
    
    -¿Qué haces, Cenicienta?
    
    Berta, paró de pajearse, y le respondió:
    
    -¡¿Qué haces tú aquí, hijo puta?!
    
    -¿Te estabas pajeando, Cenicienta?
    
    -¡Morriñenta, tu puta madre!
    
    -Cenicienta es un cuento.
    
    -Claro que es un cuento. Yo me lavo. No ando llena de ceniza.
    
    -No mujer, un cuento en el que hay una madrastra ...
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