1. Mi madre es una golfa


    Fecha: 19/08/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... intento averiguar que significó.
    
    Mamá abrió la puerta dejando entrar a mi amigo
    
    — entonces…no les molesta que folle con Isabel aquí? – dijo Lázaro abrazándola por la espalda y amasando su teta derecha
    
    — no, para nada – respondí
    
    — comieron algo ó se la pasaron follando como conejos? – dijo mi hermana
    
    — ya comimos gracias – exclamó Lázaro – alimento digo, tú mamá comió otra cosa
    
    — y a que sabe? – preguntó Verónica
    
    — como si no supieras – respondió mamá pasando a su lado
    
    — y por lo visto, su chochete sigue hambriento – mi hermana estaba desatada
    
    — hagan todo el ruido que quieran – dije sonriendo
    
    Cuando Lázaro avanzo por el pasillo hacia la escalera, noté que llevaba el pequeño bolso marrón. El bolso de las “vitaminas” como le llamaba, no sé que contendría solo sé que el mes pasado folló con 3 sobrecargos por 2 días seguidos, gracias al contenido de ese bolso. Pobre mamá pensé.
    
    El agónico rechinar de la cama no tardó en oírse. Al igual que los bufidos, gemidos y chillidos y continuaron por un largo tiempo.
    
    Aumentando su intensidad al punto que era audible en casi todo el piso.
    
    Mi hermana y yo estábamos como motos sentados en el salón.
    
    Ella guiñándome un ojo, deslizó suavemente las bragas por sus vigorosos muslos y cuando llegaron a las rodillas. Dejando su coñito sin protección, comenzó a frotarse suavemente, presionando poco a poco sus dedos sobre su perla.
    
    Cerrando los ojos se dejó llevar por el placer.
    
    Yo hice lo propio ...
    ... liberando mi polla que, para ese momento estaba en su máxima erección.
    
    Cuando me estaba masturbando, Verónica abrió los ojos mirándome cachonda, entonces ambos nos pajeamos en una sintonía morbosa y pervertida, escuchando las lujuriosas entonaciones de mi madre.
    
    Tal y como esperaba, el folleteo de mi madre duró un día, deteniéndose de vez en cuando para descansar, comer algo y tomar líquidos.
    
    Con mi hermana, nos masturbamos las primeras ocasiones, después perdimos el interés y cada uno fue a hacer lo suyo.
    
    Al cabo de ese tiempo, Lázaro regresó a su apartamento dando un escueto adiós chaval.
    
    Mamá tomó su tiempo antes de abandonar la recamara, con un visible escozor en la entre pierna, se sentó junto a nosotros a desayunar
    
    — la follada debió estar buena – dijo mi hermana demostrando un total descaro
    
    — estuvo espectacular – dijo mamá riendo con cara de vicio
    
    Los días subsiguientes resultaron ser tranquilos y apacibles.
    
    Mi madre parecía haber vuelto a la normalidad, dejando atrás su veta desenfrenada y pervertida.
    
    Y yo estaba cada vez menos preocupado por los acontecimientos post fiesta.
    
    Verónica por su parte, continúo mostrando ese toque guarro e irónico que mostró anteriormente, hablando casi en todo momento en doble sentido.
    
    Acostumbró a mantener la puerta de su cuarto siempre abierta, hasta cuando se cambia de ropa Incluso, en un par de ocasiones en la que pasé frente a su cuarto, pude verle masturbándose sobre su cama y deliberadamente seguía ...
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