1. Mi madre es una golfa


    Fecha: 19/08/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... encima de su cabeza, se aferraban al apoya brazos del sillón, su espalda arqueada acompasaba a la pierna izquierda que no paraba de sacudirse trémula.
    
    Lázaro de desplomo sobre sus tetas agotado. Ambos se quedaron inmóviles, tendidos uno sobre el otro reposando.
    
    Esa era nuestra señal para largarnos de nuestro escondite. Solo sabía que Verónica me seguía, ascendiendo por la escalera de cerca pero, al voltearme la vi en tetas limpiándose la lefa de su rostro con la blusa.
    
    — mejor nos acostamos – dijo Verónica
    
    Asentí con la cabeza intentando apartar la vista de aquellos montes de ambrosia, sus senos eran mucho más pequeños que los de mamá, como del tamaño de mitades de cocos pero, firmes y respingones, sus areolas de un pálido rosa se hallaban coronadas por unos pezones tan pequeños que apenas eran visibles. Mi hermana se refugio en el baño, obsequiándome una mirada de morbosa confabulación.
    
    A los minutos me dormí con la imagen de mi madre, suspirando eróticamente bajo mi amigo, soportando los enérgicos envistes de su verga.
    
    EL ENORME SILLON ROJO
    
    El replicar de mi móvil me despertó al rededor del medio día, no tenía ganas de nada. La pereza me tenia pegado a la cama sin querer moverme pero, el desagradable sonido me obligo a levantarme y responder
    
    — Luís…ven en unos 20 minutos vale – dijo Lázaro desde el otro lado de la línea
    
    — Esta bien – respondí
    
    Conocía al degenerado del vecino y tenía una buena idea que tramaba, tomé unos instantes mientras ...
    ... discutía conmigo mismo por lo que quería realizar.
    
    Al final venció la parte depravada en mí.
    
    Corrí al cuarto de mi hermana golpeando la puerta un par de veces, como no respondió, abrí lentamente.
    
    La chica no estaba, desalentado me dirigía a la planta baja cuando la veo salir del baño
    
    — quieres ver algo divertido? – pregunté con una risilla malévola
    
    — siempre – respondió de igual manera
    
    — ven
    
    — pero no estoy vestida – exclamó, era verdad, mi hermana a penas vestía una playera sin mangas rasgada, de esas que usa para dormir en verano lo que, le queda muy escotada y unas bragas color crema
    
    — no importa, estas perfecta – respondí
    
    Ambos salimos de nuestra vivienda y recorrimos el solitario pasillo hasta el piso de Lázaro. Como otras muchas veces antes, recogí las llaves bajo la alfombra y esperé a que el tiempo se completara
    
    — cuando entremos, sígueme el juego – dije susurrando
    
    — bien…pero de que se trata?
    
    — Ya veras
    
    Abrí la puerta, tan solo lo suficiente para dar un vistazo rápido. Allí estaba mi madre, completamente desnuda y tendida boca abajo sobre el gigantesco sillón rojo bermellón, su boca sensualmente abierta emitía ligeros gemidos y chillidos de placer, sus ojos cerrados y cejas arqueadas reflejaban éxtasis, sus dedos crispados se aferraban fuerte a la pata del mueble.
    
    Lázaro acostado sobre ella, tenía una mano entre sus piernas y la otra estrujaba violentamente su teta derecha, mientras embestía con enérgicos movimientos de caderas, ...
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