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La transexual latina de la discoteca
Fecha: 24/08/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos
Aquella noche decidí ligar sí o sí y follar a la primera guarra que se me pusiera a tiro. Había pasado una buena mañana relajante en el gimnasio, me había dado una sauna y me había afeitado el vello púbico para que al comérmela disfrutara de una buena ración de polla en su lasciva boca. Comí bien y me eché la siesta para luego poder aguantar toda la noche. Al levantarme, me sentí todo fresco, me puse a ver la tele y cuando se acercó la hora de cenar, poco antes me puse a ver unos videos porno para salir ambientado y todo calentorro y cachondón. Me puse un fuerte perfume que atrajese a cualquiera guarra que se me acercase, mi camisa ajustada de ligar, un lascivo y libidinoso tanga y mis vaqueros que de dos tallas menos que marcaban mi sexo. Iba dispuesto a comerme el mundo en la discoteca y decidí que aquella sería mi noche. Di una vuelta para ver lo que había y de momento no vi a ninguna guarrona ligable. Me dispuse a ir a la barra, saludé a la camarera que allí había y charlamos un poco pues la conocía de ir mucho por allí. Pedí mi bebida habitual y me alejé hasta una mesa con tres sillas. Mientras degustaba mi bebida, fue a la barra una latina muy sexy y lasciva, con un pelo negro azabache, unas puntiagudas tetas y un culo que quitaba el hipo y unos morbosos zapatos de plataformas muy morbosos que entremedias llevaban un refuerzo color plata. Todo rematado por unas chinchetas plateadas que recorrían todo el zapato y un tacón de aguja que elevaban sus tetas y su ...
... lascivo culo. Usaba unas medias rojas de rejilla que me pusieron cachondo. Tenía una carita muy sexy con unos labios rojos llamativos y unos pendientes de aros, muy de putona. Del codo a la mano llevaba una especie de guantes de rejilla que le daban un aire muy lascivo. Su modelito rojo no dejaba nada a la imaginación, pues llevaba una blusa de tirantes negra y una minifalda que le marcaba bien el sexy culazo que tenía. Mientras ella pedía una bebida, se le acercó un hombre para intentar ligarla y después de charlar con ella, vi que ella empezaba a menear la cabeza diciéndole que no, ese fue el momento para entrar a esta libidinosa zorrita y tratar de llevarla al catre. Una vez se hubo marchado ese pesado entré yo: —Hola, ¿cómo te llamas? -le dije —Me llamo Candy –repuso. —Yo me llamo Ricardo -le contesté. Ella me preguntó que si yo venía mucho por aquí y que tipo de personas había y todo eso... yo le conté mis aventuras con algunas hembras que había ligado en ese garito y pareció gustarle. Ella me comentó los garitos a los que ella iba generalmente y que le habían hablado de este dónde nos encontrábamos y que venían muchas mujeres a ligar y con ganas de rabo. —Mira Candy, aquí podrás encontrar lo que quieras porque con ese cuerpazo te lo puedes llevar todo de calle -le dije yo. Ella rio mi ocurrencia y me pegó un beso de lengua que me puso cachondón. Me agarró de la mano y nos metimos en el bullicio de la pista de baile y nos dispusimos a bailar. Pusieron todo ...