Delicioso y Prohibido II. La seducción de Diego
Fecha: 26/08/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Kalinero, Fuente: SexoSinTabues
... le miraba lo más inocentemente que podía mientras movía mis labios por todo el tallo de su esparrago. Lo sentí derramarse en mi boca. No me gusta tragarme el semen , pero aquel día lo hice. Me lo tragué mientras su vientre embestía una y otra vez contra mi cara y su mano apretaba mi nuca contra su cuerpo. - ¡Putita mala… Putita mala… Aghhhh! Casualmente, el cerrojito del cuarto de baño se volvió a romper el martes por la mañana. No me costó desaflojar los tornillos de nuevo para que cediera. Casualmente, empecé a solicitar la ayuda de mis hijos para las más diversas cuestiones mientras me duchaba. Siempre le pedía a Diego que entrara él, pues debía dejar a su hermano que estudiara. Y yo me imaginaba a Juan moviendo la cabeza cuando hacía estas cosas. Y Diego entraba. La primera vez fue una sorpresa verme desnuda en el baño, a través de la mampara traslúcida mal cerrada. Cada vez entraba más decidido, y creo que no me equivocaría si para él sería una desilusión el que no le llamara. Diego me miraba con hambre. Diego no es como Juan. Juan es tímido y recatado. Diego es extrovertido y deportista, y si ve una mujer desnuda en la ducha y la desea, no lo disimula. Juzgué que después de una semana, el chico ya masturbaba pensando en su mamá. Una tarde Diego se duchaba. Me tenía que meter en la ducha con él. Mande a Juan a hacer la compra. Se fue enfadado, moviendo mucho la cabeza. Yo me desnudé. Entré en el cuarto de baño y me hice la sorprendida al ver a Diego. Dejé que se ...
... escurriera la toalla. –¡Ay, Diego! ¡Es que tengo tanta prisa! ¿No bañamos los dos a la vez?- Diego me dejó pasar. Le invité a que le enjabonara la espalda. No se extralimitó, así que cogí la manopla después y yo me puse a enjabonarle. Le pasé la manopla por todo el cuerpo. Me entretuve en sus nalgas firmes y duras, en su pecho, y cuando llegué a su vientre, comencé a menear su pene, y a sentirlo tomar vida. Me acerqué a sus labios y lo besé. Primero fue un beso tierno, suave y corto. Luego fue otro, y luego otro, cada vez más largo, cada vez más apasionado. La manopla desapareció de mi mano, y pude sentir en mis dedos la piel suave de su pene. Me agaché. Le besé el pecho, le lamí sus pezones de hombre, y poco a poco, mi lengua recorrió su abdomen hasta encontrar la base de su pene. Le lamí el escroto, lo tomé entre mis labios y le miré a los ojos. Me miraba con los ojos entornados. Callado. Tomé la punta de su pene entre mis labios, lamí su glande. El agua había parado de caer. Él debió cerrar el grifo, como para indicarme que nada debía de interferir en el momento, así que comencé a mover mis labios a todo lo largo de su pene. Diego callaba. Yo lamía y movía mis labios. Puso sus dos manos sobre mis hombros, y luego me agarró la base del cuello. Sentí las palmas de sus manos en las orejas. Al fin soltó un tímido –Sigue- Lo agarré por detrás. Me encantaban sus nalgas duras de joven deportista. Comencé a mover la boca con rapidez. Estaba muy excitada y sentía que Diego lo estaba ...