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La vida de esclava, ¿la vida mejor?
Fecha: 30/08/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: rubyg, Fuente: CuentoRelatos
... era la situación, el alivio que sentí en aquel momento fue maravilloso. Pipí cogió de nuevo la esponja y me limpió bien. Incluso me metió un dedo en el culo para limpiarme por dentro. Cuando acabó, me abrió el ano con dos dedos, acercó su nariz y olisqueó fuerte para asegurarse de que estaba bien limpia. -Amo no quiere que te ensucies más. –Dijo mientras desenganchaba la cadena de mis piernas. –Pipí estará escuchando. Si tienes que hacer pipí llámame y Pipí se encargará de todo. -Espera, Pipí, no entiendo nada. ¿Por qué hacéis esto? ¿Por qué me tenéis encadenada? Me muero de hambre… Por favor… Quiero irme a casa. -Estás a salvo ahora. Amo cuida de nosotras. Me acarició el rostro y me besó en los labios antes de irse a vaciar el cubo. Al poco rato volvió con una bandeja llena de comida. Carne, pescado, pan, fruta, ensalada y agua. Lo devoré todo con ferocidad. Quizá fuera el hambre, pero me pareció delicioso. Cuando terminé Pipí se puso a recoger los platos. -Ese Amo del que hablas… ¿También te secuestró a ti, Pipí? -No. Amo me salvó. Me trajo aquí para obedecerle y para hacerme feliz. Tú también le obedecerás y también serás feliz. -¿Cómo puedes decir eso? Mira lo que me está haciendo. Me duele el cuerpo de estar tumbada, estoy desnuda y humillada, casi muero de hambre… -Lo entenderás cuando conozcas a Amo. Amo es bueno y amable con las chicas que le obedecen. -¿Y cuándo le conoceré? -Pronto. Dos días o tres. Yo cuidaré de ti durante ese tiempo. ...
... Te traeré comida y te ayudaré a Hacer pipí. -Por cierto… tengo ganas de… hacer pipí. Ella se tumbó en la cama boca abajo, con la cabeza entre mis piernas y la boca bien abierta frente a mi vagina. -Adelante- Dijo –Estoy lista -¿Cómo? ¿Quieres que lo haga en tu boca? -Soy Pipí, así que está bien. -¿Por qué no traes el cubo otra vez? -Porque soy Pipí. No te preocupes, Amo me mandó cuidar de ti. -“Dios mío”. –Pensé yo. –“¿Esto es real? ¿Acaso ese tal Amo ha lavado el cerebro de esta dulce niña? ¿Me hará lo mismo a mí? Tengo que escapar como sea…” No quería orinarme en la boca de aquella chica tan dulce, pero ella lamió mi clítoris con suavidad al principio, y luego con más energía. Me introdujo dos dedos y los movía arriba y abajo dentro de mí, haciéndome gemir. Al final no pude contenerme. Me provocó un orgasmo y la orina comenzó a salir. Ella apretó sus labios alrededor de mi uretra y se lo bebió todo sin derramar ni una sola gota. Cuando terminé, me besó en la vagina, luego en el ombligo, en un pezón, en el otro y finalmente me besó en los labios y se fue. Durante los tres días siguientes Pipí me lavaba a diario y me traía desayuno, almuerzo y cena. Siempre que lo necesitaba, gritaba su nombre y ella acudía a beberse mi orina. En la mañana del cuarto día llamé a Pipí, pero en su lugar entró un hombre de unos cincuenta años, gordo y medio calvo. -¿Quién eres? –Le pregunté. El me abofeteó. -No te he dado permiso para hablar. Yo soy tu amo ...