1. Historias de oficina -20-


    Fecha: 02/09/2020, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Danuss, Fuente: CuentoRelatos

    Capítulo 20 (Agostina)
    
    La tercera patada azoto con fuerza contra la inmovible puerta, completamente agitada di un cuarto golpe, aunque más débil que las veces anteriores.
    
    —Es un camión blindado Mariza. No vas poder abrir esa puerta y aunque lo hagas liberarían una orden de captura. ¿Es eso lo que queres?
    
    Escuche su comentario, pero lo ignore totalmente. Tome un poco de distancia y golpee con el hombro una vez y otra vez y otra vez. Hasta caer rendida contra una de las esquinas de esa irrompible caja
    
    —Yo no tengo que estar acá soy inocente, no hice nada, nada.
    
    —Tranquilízate. No es por vos, seguro es por mí.
    
    El camión blindado siguió su marcha, totalmente ajeno a mis interminables suplicas. Mis patadas continuaron cada vez más débiles a medida que mi cuerpo comenzaba a cansarse nuevamente, de un momento para otro el vehículo se detuvo de golpe fue la misma inercia la que se encargó de darme una lección. Salí despedida dándome un fuerte golpe contra la parte delantera de la caja.
    
    —Te dije que te tranquilizaras, se supone que tenés que ir sentada acá adentro.
    
    —Claro… lo que digas – escupí mientras intentaba levantarme totalmente adolorida – por lo menos yo estoy intentándolo. Vos en cambio te quedas ahí, sentado como un idiota ¿no se supone que sos un súper soldado?
    
    —¿Súper soldado? Soy un agente nada más, estamos en un camión blindado, rodeados de policías, solo tenemos que esperar.
    
    Se acercó a mi arrodillándose a mi lado, acaricio mi rostro con ...
    ... suavidad y beso mi frente.
    
    —No llores, yo voy a cuidar de vos.
    
    —Siempre lo haces.
    
    Las puertas se abrieron de par en par de un momento para otro, dos policías aparecieron nos gritaban y nos apuntaban sin piedad. Nos encapucharon escoltándonos a través de una entramada base, ignoro el tiempo que caminamos bajamos en un ascensor y llegamos finalmente a una habitación muy fría, tan húmeda que me recordó donde estuve cautiva al volver de Alemania.
    
    —Muy bien, tienen que esperar acá. Vendrán a verlos en una hora más o menos.
    
    —Esperen, esperen por favor… tengo derecho a hacer una llamada. – agregue
    
    —Ves demasiadas películas –dijo acercándose hasta colocarse a mi lado– que linda que sos, podrías conseguir muchos privilegios si me tuvieras de amigo –su mano tomo mi cuello y sin medir palabra me beso.
    
    Mi mente reacciono de inmediato, corrí mi rostro del suyo dándole una fuerte patada en los testículos. Mala idea, su compañero se acercó a mi dándome una fuerte cachetada que logro hacerme tambalear.
    
    —Eh eh eh… se creen realmente tan hombres golpeando a una mujer indefensa.
    
    —¿Tenés algo que decir? – dijo enfrentándolo uno de los guardias.
    
    —¿Piensan que ustedes dos podrían encargarse de mí?
    
    Estallaron en carcajadas mientras se miraban entre ellos.
    
    —En primer lugar ¿para qué tendríamos que encargarnos de vos? Estas esposado y detenido dentro de una base subterránea llena de nuestros hombres.
    
    —Si eso es verdad, pero… abrí mis esposas
    
    Los dos agentes ...
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