1. LA PERDICIÓN SEXUAL DE LA NIÑA ANGIE (2)


    Fecha: 02/09/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mordiendo, acariciando con sus labios mi rajita. Sentía que me ardía y me palpitaba en medio de mis piernas.
    
    El se puso de pie, y mirando para los lados, se sacó el pantalón, y puesto al frente mío, se cogió la verga con sus dos manos, y moviéndola de arriba hacia abajo, me la mostró; con una sonrisa de sádico dominante. Yo, acostada en el filo de nuestra cama, sentí sus manotas debajo de mi espalda que me elevaban, a la altura de esa verga. Después de elevarme un poco más, el policía me beso con ansia en los labios, mientras me cargaba en peso. Luego, con sus manotas detrás de mí, me acarició la cintura, atrayéndome a él.
    
    De pronto, sentí la verga del policía, tocando la punta de mi vagina. Yo me encogí, pero después, despacito la fui frotando en círculos con mi vagina, aceptando suavemente esa verga que quería meterse dentro de mí. Luego…con los ojos cerrados, y respirando fuertemente por la boca, me entregué a el.
    
    El policía, con un gran empuje, me empezó a meter la verga. Rico, riquísimo….
    
    Y después, como culiar con una puta, el policía me dio verga en todas posiciones que me fue enseñando, mientras que con la verga dentro de mí, el me besaba con pasión, dominándome, haciéndome sentir mujer, una niña rica…bien culiada.
    
    El policía, dejando todo a un lado, apretando mi nuca y mi cintura me comenzó a meter esa verga rica. Yo solo lo abrazaba, mientras que el, empujándome rítmicamente, introducía y sacaba dentro mío, esa verga grande y caliente, que me ...
    ... desgarraba, me llenaba toda, y me hacía sentir puta…una puta niña, que por primera vez culiaba con un hombre grande, un hombre de verdad. Yo sentía que era la mujer del policía, y a veces, gimiendo de ganas, lo acercaba, y lo besaba, besaba a mi marido, que me estaba culiando.
    
    Después de hacerme todo lo que quiso, el me metió y sacó su verga con fuerza, y cogiendo un ritmo rápido, potente, dándome durísimo; me culiò mientras me decía en el oído: “Eres mi puta. Mi niña rica” “mi rica culiona. Cuando tenga deseos de ti, vendré a buscarte para darte verga” “¿Quieres ser mi puta, quieres ser mi rica putita?
    
    Y yo, llena de deseos de el, y dominada por su verga le dije “si, si… si” a todo lo que él me decía, y abrazada fuertemente, sentí dentro mío un chorro de leche ardiente y espesa, que me hiso sentir una hembra de verdad, y que al ratito me transformó en una loca, porque el orgasmo que sentí, me llenó de gozo, y me entregó en adelante, como hembra en brazos de los hombres que querían culiarme, a pesar de que sabían que yo era una niña de 8 años.
    
    Al rato, después de haberme entregado a el, el policía con mucha delicadeza, trajo a mi abuelita, y al despedirse de mí con un beso en la mejilla, me dijo en el oído: “Que bien, culeas rico mi amor. ¿Quieres que venga a buscarte otra ves?” Y yo, que no sabía que decir, pero sintiéndome débil y excitada, le dije: “Ven cuando quieras”. Y él, en un movimiento rápido, me tomó de la mejilla y de la nuca, y me besó apasionadamente en los ...