1. Desafío de galaxias (capitulo 52)


    Fecha: 03/09/2020, Categorías: Incesto Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... antes contigo, pero… digamos, que el presidente y yo tenemos ciertas diferencias, y quiero intentar limarlas antes de que tomes posesión. Si he decidido que seas tú, es porque eres muy diplomática, y esa es una cualidad que vas a tener que utilizar y mucho.
    
    —¡Ya sé! —exclamó Marión riendo— te va a mandar de embajadora con los bulban.
    
    —¡No sea capulla! A ver si te voy a mandar a ti.
    
    —De todas maneras, —dijo Loewen— ni Marión ni yo, vamos a tener mando de tropa, entonces, habrá que ver que opinan los demás.
    
    —¡Ya! Pero vosotras…
    
    —Yo estoy contigo.
    
    —Y yo
    
    Hasta la hora de comer, Marisol estuvo trabajando. Su presencia en el Fénix, después de tantos días ausente, se notó en la moral de los oficiales, suboficiales y tropa, que trabajaban en el Cuartel General, que poco a poco recuperaba su ritmo habitual. Para ellos era muy duro tener que reemplazar a los miles de compañeros muertos durante el ataque. Almorzó con el presidente mientras hablaban y cambiaban impresiones, a continuación, se entrevistó con el canciller de Maradonia, y a los cinco minutos ya estaban a voces, tanto, que los de seguridad se alarmaron y entraron seguidos por el presidente para imponer paz. Los tres estuvieron casi una hora reunidos, y aunque las voces cesaron, la reunión del Estado Mayor comenzó tardísimo.
    
    Mientras las cosas se tranquilizaban en el despacho de Marisol, Hirell fue a buscar a Marión y cuándo llegaron al salón de reuniones se produjo una conmoción de alegría. Todos la ...
    ... besaron, en especial Opx, Pulqueria, Oriyan, Bertil y Esteban. También los cancilleres presentes y con todos departió, junto con Loewen, para hacer la espera más llevadera, aunque la preocupación se reflejaba en la cara de casi todos. Nadie, en el Estado Mayor, quería ver a una Marisol cabreada. Cuándo se supo que por fin había salido del despacho, todos se apresuraron a ocupar su sitio. El primero que llegó fue el canciller de Maradonia, que en silencio, algo extraño en un bocazas como él, se sentó junto a los demás cancilleres. El presidente llegó seguido por Marisol, que ocupando la cabecera de la mesa, arrojó sobre ella, con cierta violencia, la carpeta y tabletas que llevaba.
    
    —Esta es una reunión de máxima seguridad, —anuncio Sarita cerrando las puertas.
    
    En medio de un silencio tenso, Marisol se inclinó sobre la mesa apoyando las manos, y permaneciendo así unos largos e interminables segundos.
    
    —Antes de empezar con los importantes asuntos que tenemos que tratar hoy, quiero hacer una declaración previa, —lentamente fue incorporándose— para que mi posición sobre el tema quede diáfana: transparente.
    
    »Hace unos minutos, un alto e importante representante político, ha pronunciado en mi presencia unas palabras que no creía posible oír en nuestra amada República, y menos, en boca de un destacado canciller: me ha hablado de razas, de la supremacía de unas sobre otras, — todos se miraron con cara de asombro para terminar mirando al canciller de Maradonia que, impasible ...
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