Novia y madre dominante (Cap. 3) - Relatos Eróticos

Novia y madre dominante (Cap. 3)

Las nuevas perritas se decepcionaron de si mimas por haberse creído el cuento de que se habían ganado una semana de hospedaje gratis y más en un hotel de lujo, fue entonces que se dieron cuenta que ellas jamás se inscribieron a ningún sorteo, sin embargo ya era muy tarde para eso, ya cuando se dieron cuenta fue cuando empezaba su segundo día en ese mundillo oculto de la sumisión, ese mundo que todos conocen, pero nadie acepta saber de cómo es.

El primer turno de 8 horas lo pasaron nada más lamiendo y besando los pies de todas las chicas que iban pasando frente a ellas, de todas maneras no tenían escape, así que decidieron hacerlo con orgullo y de buena gana, se habían dado cuenta que haciendo las cosas de buena manera, se les trataba con un poco menos severidad aunque siguieran estando sometidas.

Para el segundo turno de 8 horas solo se les permitió beber agua por 10 minutos y empezar el segundo turno de 8 horas continuas que les faltaban. El siguiente turno, su Alteza decidió partirlo en dos turnos de 4 horas cada uno y así cubrir más cosas que aprender en menos tiempo, por lo tanto las primeras cuatro horas se la pasaron aplicando pedicura, pero de una manera muy peculiar, ya que en vez de hacerlo con el instrumental acostumbrado, lo hacían con la boca y en lugar de tirar a la basura las callosidades, ellas debían tragarlas y así evitar la pérdida de tiempo en ir y venir.

Las siguientes cuatro horas, las manos de cada una de las perritas se la pasaron dando ...

... masajes a todo el grupo de chicas que lo desearan, de esa forma las perras se irían acostumbrando a todo tipo de trabajo que se les ordenara, y lo mejor es que al tener prohibido hablar, por obvias razones no podían quejarse tampoco.

Los días pasaron y las chicas poco a poco se fueron acostumbrando a la rutina, pero con diferentes obligaciones domésticas, se acostumbraron a recibir únicamente alimento de perro y a comer una sola vez al día. Su Alteza un día les preguntó si se sentían cómodas en sus nuevas actividades, las tres perritas contestaron que por extraño que sonara se estaban sintiendo cómodas al servir a otras perdonas aunque no sabían el porqué.

Su Alteza se dio cuenta que sus perritas ya empezaban a cambiar su manera de ser y de pensar sin darse cuenta; poco a poco su personalidad cambiaba y pronto comenzaría una nueva etapa en sus vidas.

Su Alteza dejo a sus tres perras cumpliendo sus deberes y de inmediato se dirigió a verificar como iba el padre de las perritas en el rol de sentirse como todo un rey. Al llegar a donde tenía recluido al padre le hizo traer y de inmediato se presentó ante su Majestad, el esclavo saludó a su Majestad con el debido respeto. Su Majestad le preguntó ¿cómo se la está pasando?

El esclavo dijo que estaba pasándosela súper bien, que ver a tanta belleza junta y además desnuda era muy gratificante al ojo y más par el sentirse como en el paraíso. Su Alteza le preguntó ¿se la han estado chupando rico? El respondió que sí, pero que la ...