1. Acampada sexual


    Fecha: 05/09/2020, Categorías: Lesbianas Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos

    ... Vaya buitres, ¡ja!
    
    Los miré de reojo, ocultos tras unos matojos, eran seis chicos. Evidentemente me pillaron viéndoles así que me sonrieron. Me alarmé y me volví a cubrir los senos. Les di la espalda y casi grité del susto antes de que los tres maduritos me rodearan para tranquilizarme. Miré a mi suegro.
    
    —¡Don Miguel! ¡Espántelos, por dios! ¿No le asusta que nos estén mirando?
    
    —Para nada, caramelito. Es más, me gusta que nos vean con una chica tan linda como tú.
    
    —Pues a mí me parece incómodo… Madre mía, ¿y siguen mirando?
    
    Roja como un tomate, recibí el abrazo de mi suegro. Iba a seguir rogando que les mandara a tomar por viento porque yo no les conocía. Pero antes de que dijera algo, me dio una fuerte nalgada que me hizo dar un respingo; apretó con sus dedos, fuerte, hundiéndolas en mis nalgas. Mi corazón empezó a desbocarse, ¡mi suegro estaba tocándome!… Y no me sentía mal. Confundida, sí, ¡montón!, pero no asqueada ni nada de eso.
    
    —¡Auch! ¡Don Miguel!
    
    —Tres.
    
    —¿Qué?
    
    —Tres chicos se están tocando.
    
    —¿Se están tocando? Auch, me está apretando fuerte, don Miguel… mi cola… ¡la está apretando muy fuerte!
    
    —Caramelito, es que en serio, tienes un culito fuera de serie, ¡uf! Excesivo, te van a multar un día de estos.
    
    Estaba prácticamente sintiendo los latidos de su verga reposando contra mi vientre, pero lejos de sentirme indignada, sentía algo distinto, algo rico, especial, tabú, morboso, ¡algo! Pero no era plan de derretirme tan fácilmente. ...
    ... Quería salirme pero el señor me apretaba muy fuerte contra él.
    
    —Se van a pajear esta noche pensando en tu cola. En… esta… jugosa… colita…
    
    —¡Ahhh!
    
    La cabeza se me arremolinaba en una amalgama de sensaciones contradictorias. Por un momento me imaginé en la situación. Seis completos desconocidos tocándose en la privacidad, o incluso en grupo, en la cala, en el bosque o cerca de algún humedal. Pensando en mí, dedicándome, ¿cuánto? ¿Cinco, diez minutos de sus vidas para descargarse? Yo, al menos durante un breve instante de sus vidas, sería la protagonista de las fantasías de unos completos anónimos. Mejor dicho, mi cola sería la protagonista… algo así revoluciona aún más una autoestima como la mía.
    
    Destellos dorados cabrilleaban por la piscina natural, entre las flores de loto de errático andar. Todo comenzaba a vibrar, ¿o era solamente yo?
    
    —¿Se van a… pajear… pensando en mí?
    
    Desearía decir que seguí resistiendo, pero sinceramente me estaba gustando la idea de… mostrar mi colita a unos completos desconocidos mientras mi suegro me trataba así, como si fuera una zorrita. Ni sus nombres, ni sus edades, ni de dónde venían, ¡no sabía nada de ellos! Pero mi cuerpo sería foco de sus más oscuras fantasías. ¡Madre!
    
    Estaba tan excitada, prácticamente me estaba restregando contra mi señor y sacando demasiado la cola. Sus dos manos agarraron, cada una, una nalga. Me susurró “Démosle algo especial”. No sabía qué iba a hacer, pero no me importaba, me estaba encantando ser ...
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