De vuelta con Nicolás, el hermano mayor de mi novia. - Relatos Eróticos

De vuelta con Nicolás, el hermano mayor de mi novia.

... sabía. Seguí pajeándome como loco e ido totalmente, tanto que no me di cuenta que alguien había entrado a la habitación y me había visto. La puerta la cerraron y quedé helado por unos segundos, abrí los ojos viendo al techo con pánico pensando que Jimena me había descubierto. Dirigí la mirada a la puerta y sentí que el alma me volvía al cuerpo cuando vi a Nicolás ahí parado viéndome con una leve sonrisa. Aunque me tranquilizaba que no fuera Jimena quien estaba ahí, sí me levanté e intenté irme. Él me detuvo y me preguntó a dónde iba, yo le dije que estaba con Jimena abajo y me respondió que acababa de entrar a la casa y la vio durmiendo profunda en la sala, nada la despertaría. Yo respiré hondo y puse mi mano en su hombro, él sonrió y me abrazó por la cadera pegándome bien a su cuerpo, yo levante mis dos brazos y se los pasé al rededor del cuello y lo besé en la oreja; él me daba besitos también y sentía su barba corta en mi piel. Lo solté y le pedí perdón por haberme encontrado así en su habitación, pero lo único que podía pensar era en él, en las veces que me cogió tan rico, me dijo que no había problema aunque sí lo había sorprendido bastante. También me confesó que me pensaba soñaba con el momento en que volviéramos a estar solos los dos. Yo tomé sus palabras y activé mi lado más caliente viendo las circunstancias, nuevamente me pegué a él y levanté mi rostro, pasé mis brazos detras de su cuello y nos besamos profundamente, pasaba mis dedos por entre su pelo y el me ...

... agarraba de la cadera, me cogía las nalgas y hacía como si me levantara, me encantaba que desde el principio ya me hiciera sentir como una nena, eran muy claros los roles entre nosotros. Volví a soltarlo pero lo tomé de la mano y lo dirigí hasta su cama, me senté en el borde y levanté su camiseta para besarle el abdomen, un caminito de bello me indicaba el camino a donde quería llegar. Zafé su correa, desabroché el pantalón y lo bajé apenas para ver su bulto duro apretando el bóxer. El olor que desprendía y me encantaba tanto penetró en mi nariz y me llevó a besarlo así, lo masajeaba por encima y alteraba besándole de nuevo el abdomen. No pasé mucho así hasta que finalmente la dejé salir, bajando su boxer vi ante mí esa verga hermosa que tanto me gusta, parada en su total esplendor y brillante de precum; se notaba que estaba tan excitado como yo. La besé suavecito mientras le pasaba la lengua por el tronco, quería dejara bien babosita, él me acariciaba la cara y el pelo. Cuando estuvo lista, abrí mi boca y me la fui introduciendo poco a poco cada centimetro de ella: 18cmx6cm, hasta sentirla en mi garganta. Él dejaba salir gemidos de hombre como aprobando lo que le hacía, yo volteaba a verlo sin sacarme la verga de la boca como una perra y él dirigía mi cabeza con su mano. Así estuvimos varios minutos hasta que se separó, me hizo levantarme y como ya era costumbre, me besó y sintió su propio sabor, nos metíamos la lengua en la boca del otro y nos tocábamos enteros, esto nos llevó a ...