Así fue mi primera vez
Fecha: 10/09/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... dinero, que nunca viene mal. Me senté comodamente a esperarla.
Ella salió de la habitación con una bata de estar por casa, me fije que no llevaba nada debajo y al agacharse para sentarse en la silla frente a mi pude verle el pezón de una de sus bonitas y grandes tetas, ella se dió cuenta de que me había fijado en sus senos -¿no has visto nunca una mujer desnuda? me dijo con una sonrisa pícara, -pues… la verdad... no . Le dije casi artamudeando.- Pero como? un muchacho tan guapo como tu y aun sin saber como es el cuerpo de una mujer?-. Bueno he visto fotos de mujeres en alguna revista. Ella notaba que mi vista se iba con frecuencia a su escote, y yo la verdad es que no lo podía evitar. Quieres ver mis pechos me preguntó. Hice un gesto de afirmación con la cabeza y ella esbozando una leve sonrisa desabrochó un par de botones y dejó caer su bata hasta la cintura. La verdad es que eran unos pechos preciosos, grandes y erguidos con prominentes pezones apuntando bien alto. Quieres tocarlos? me preguntó a lo que yo volví a responder moviendo la cabeza afirmativamente. Ven, acércate, me dijo. Puedes tocarme los pechos, no tengas miedo. Le puse una mano mia en uno de sus pechos e intente apretarlos con mis dedos. Primero con suavidad, dijo ella, y luego un poco más fuerte. Hice tal como ella me iba indicando. Te gusta? me preguntó. Mucho. le respondí, sus senos eran duros y turgentes. Puse la otra mano en el otro pecho y empecé a hacerle un masaje con las dos manos al mismo tiempo ...
... haciendo círculos alrededor de los pezones que empezaran a crecer al contacto de mis dedos. Ella cerro un poco los ojos y empezó a respirar diferente, yo la verdad es que con mis quince años y mi nula experiencia en sexo todo era nuevo para mi, yo en aquel momento no lo sabía pero el caso es que aquella mujer estaba gozando con el masaje que le hacía en los pechos. Después de unos minutos me pidió que besara sus pechos, acerqué mis labios y empecé a besarlos pasando de un pecho al otro sin dejar de masajearlos con las manos y apretando con más fuerza sus enormes pechos con mis dedos. Chúpame el pezón, por favor, rápido… chúpamelo, chúpamelo… mi boca se abalanzó sobre uno de sus pezones y empecé a chuparlo con fuerza, como si fuera un bebé hambriento chupando la leche de su madre hasta vaciarle los pechos y no dejar ni una sola gota de su blanca y caliente leche. Estuve varios minutos comiendome aquellos sabrosos pechos disfrutando de sus jugos, mientras ella gemía cada vez con más intensidad, hasta que apartó mi cabeza de entre sus tetas y mirando a mis pantalones vió que yo tenía una gran erección. Empezó a desabrocharmelos, me bajo los pantalones y la ropa interior y mi verga totalmente hinchada quedó a la altura de su cara. Que polla tan preciosa tienes, con lo joven que eres y tienes una polla más grande que la mayoría de hombres que he conocido. La verdad es que en ese sentido no me puedo quejar, la naturaleza ha sido generosa conmigo. Me agarró la dura verga y empezó a ...