Esta me la pagas
Fecha: 12/09/2020,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... No quiere líos en la oficina o algo así.
Hasta que me llamó hace tres días eufórica, pues había encontrado el acceso que le permitiría cruzar la muralla. Pero para ello, necesitaba de mi concurso. El problema vino cuando no me gustó nada el plan que había trazado. En primer lugar porque me situaba en una situación incómoda, en segundo, porque tuve un mal pálpito desde el momento en que éste salió de sus labios.
El jueves por la tarde, Mamen debía acompañar a su jefe a una reunión con un cliente importante. Al acabar, solos, esperaba atacar como una poseída, pues estaba convencida que la invitación tenía segundo plato. El problema vino cuando éste le explicó que su hermano llegaba a Barcelona aquella tarde-noche y que debía ir a buscarlo al aeropuerto. Viendo cómo su estrategia se venía abajo, le planteó salir a cenar los cuatro. El tío aceptó de inmediato.
Así que a las 9 de la noche un Mercedes clase C blanco me recogía cerca de mi casa. Mi labor era muy sencilla, quitarle de en medio al carabina para tener cancha libre con Quim, que es como se llama su jefe.
Si había sentido cierta incomodidad los tres días precedentes, al montarme en el asiento trasero del vehículo sentí pavor. Inesperadamente, mi compañero de asiento no era mi amiga, sino un tío de unos 45 años que, a pesar de la educación con que me recibió, me repasó de arriba abajo sin ningún pudor, acosándome con aquellos sucios ojos de rata.
Delante, Mamen actuaba ya como la señora de, a pesar de ...
... que no había ocurrido nada aún entre ellos.
La cena transcurrió con relativa calma, degustando platos exquisitos, pero en todo momento me sentí como una ofrenda maya lista para el sacrificio. Quim estaba bueno, muy bueno, más teniendo en cuenta que rondaba los cuarenta. Debía medir 1,80 y se notaba que se cuidaba. Castaño de ojos almendrados y labios carnosos, sus facciones eran muy agradables, así como sus maneras, educado y divertido en todo momento.
Antonio, en cambio, era la antítesis de su hermano, aunque sorprendentemente eran muy parecidos de facciones. Pero lo que era armonía y belleza en un rostro, en el de mi emparejado era disonancia, como si hubieran tomado las piezas prestadas y las hubieran pegado mal. Además, debía pesar unos veinte kilos más y el cabello, casi rubio en su caso, ya raleaba en buena parte de su cráneo.
Llegando a los postres tuve claro que la noche no había hecho más que empezar. Mamen y Quim habían entrado ya en aquella fase de charla íntima por lo que a mí me tocó aguantarle la chapa al invitado. Después de habernos contado que llevaba años viviendo en Madrid, que dirigía el departamento de operaciones de una multinacional holandesa y que era la viva imagen del éxito personificada, eso nos vendió con la colaboración de su hermano, ahora se estaba lanzando a por mí sin disimulo. Me halagó de todos los modos que él conocía, sin mala educación, aunque era un tío tan transparente que podía leer claramente su mente, a esta hoy me la ...