El diario de Claudia: sexo violento en baño público
Fecha: 11/10/2017,
Categorías:
Masturbación
Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
... tuviese los ojos vendados hacía que todo sea puramente sensorial.
Luego de violarme atada a una puerta me desamarraron, me pusieron en el piso, en cuatro patas (aun vendada en los ojos), y nuevamente empezaron a meterme sus vergas en el culo, pero ahora cada uno de ellos me llenaba por completo con semen caliente. Al mismo tiempo que esto pasaba, podía escuchar alguien masturbándose frente a mi rostro; sabiendo lo que se venía, abrí mi boca y expandí mi lengua. Y así fue: el semen caliente empezó a caer por borbotones sobre toda mi cara, al mismo tiempo que sentía los chorros de semen en mi interior. ¡Me estaban inundando con esperma!
Finalmente me saqué la venda de los ojos y me di cuenta, para gran sorpresa mía, que en silencio habían entrado más hombres al baño. ¡Eran 8 en total! Cada uno de ellos pasó tanto por mi garganta como mi culito, cada uno de ellos dejó su carga salada en mi cuerpo. Me sentía exhausta, ni me podía parar. Seguía en cuatro patas, con el culo al aire, expuesta.
“Ahora, para el toque final” dijo el líder del grupo…” ¿qué más falta?”
Como mi ano estaba completamente dilatado y lubricado con esperma, este tipo juntó ambas manos, como en posición de rezar, las lubricó bien y empezó a ...
... empujar hacia mi interior.
“¡Dos manos! ¡No voy a poder!” Reclamé.
Muy tarde…poco a poco, centímetro tras centímetro, mis manos siguieron avanzando. Ya podía sentir sus nudillos. Yo simplemente cerré los ojos; el esperma no dejaba de chorrear por mi cuello. ¡OMFG!, ¡OMFG! Empecé a gemir; en lugar de ofrecer resistencia empecé a empujar hacía atrás… ¡que los meta de una vez! Sus pulgares ya estaban casi dentro…”mételo por favor mételo!” grité. Y lo hizo, apenas mi esfínter cedió mi culo terminó tragándose ambas mano, hasta las muñecas. Me estaba abriendo por casi 12 centímetros o más! Una vez dentro de mi separó ambas manos para ensancharme más aún…sentí una ligera ráfaga de aire, y mientras me abría, el semen de todos esos hombres empezaba a salir a chorros para meterse dentro de mis botas.
Al final me dejaron tirada en el suelo, casi desnuda, bañada en semen. Me tomó unos minutos recuperarme, ponerme la ropa aún encima de todo ese esperma que cubrí mi cuerpo. Me miré al espejo: sí, lucía como una puta que acababa de ser violada. Semen por todos lados. Me arreglé lo mejor que pude.
Tuve que salir por la puerta de escape para que nadie me vea así. Mientras caminaba, en el fondo, gozaba de felicidad.
Claudia.