La primera polla que me comí. (REAL)
Fecha: 24/09/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues
... sentía apresurada, ansiosa y preocupada. A esa edad, les repito, mi intelecto me decía que si no lograba mamar bien, no causaría una buena impresión y eso me frustraría. Vamos, que las mujeres también nos sentimos mal si nuestro desempeño en la cama no es el adecuado. A medida que íbamos a su casa, la sonrisa se me estaba borrando porque… ¡joder! Era real. Iba a comerme mi primera polla. Sentía un nudo en el pecho y lubricación en mi tierna vagina, que luego de pasarle un rastrillo, los jugos hacían un poco incómodo mi caminar. Llegamos a la casa de David poco después de las tres de la tarde, y estaba vacía por supuesto. —¿Segura que quieres? —Sí, segura. —Bien. Me iré a dar un baño entonces. —Por favor. Me fui a su cuarto y me senté en la cama. Podía escuchar el sonido de mi propio pulso en la cabeza. Me dije a mí misma que sólo mamaría. No me dejaría coger. Me lo juré y pensaba cumplirlo. David entró al poco rato, y ya estaba mas que dispuesto. Venía vestido con una toalla alrededor de la cintura. Yo me reí. —Ay… me muero de pena —le confesé. Él también se estaba avergonzando. Pero ya no podíamos hacer nada, ninguno de los dos. Se acercó. Yo permanecí sentada. —¿Lista? —Sí, lista. Se quitó la toalla. El miembro ya estaba erecto, y lo más lindo de todo… ¡se lo había rasurado! Torpemente, claro, pero notaba todo donde debía estar. Las venas recorriendo el tronco, los testículos en sus sacos, el glande morado, lleno de sangre. No era un pene grande. Le faltaba desarrollar, ...
... pero era grueso, como una banana y miraba hacia arriba. Lo observé con detenimiento y entonces lo tomé con la mano sólo para sentir la calidez de la piel y el leve pulso sanguíneo que fluía. Nada mas tenerlo entre mis dedos, mi vagina se mojó más de lo que ya estaba. Comencé a masturbarlo como había visto en las porno. Él tenía los ojos cerrados, pero yo muy abiertos. Me asombraba la dureza, como un falo de madera. Él lo movía y yo, llevada por una locura, lo moví mas rápido, más rápido hasta que él me detuvo. —Espera, ¿no lo ibas a chupar? Suspiré, y entonces simplemente me lo metí a la boca. En ese momento no me gustó. Tenía un sabor salado, un aroma peculiar, una textura diferente a la de una banana o un pepino. Cerré los ojos. Él empujó el pene hasta el fondo de mi boca y tuve una ligera arcada. Estaba en problemas. No me gustaba la polla. Había fracasado como mujer. Me la saqué un rato después. —¿No te gustó? —No… se siente raro. David puso cara de bahh… —Pe-pero lo quiero seguir haciendo. Acuéstate. Se recostó. Yo estaba asustada. No quería perder al chico. Cuando se puso en la cama, tomé una decisión. Era hora de meterme en mi papel. Me desabotoné la camisa y me quité la falda. Traía un sujetador pequeño y unos shorts de licra negros. Le pedí que abriera las piernas, y cuando él lo hizo, empecé a besarle los huevos… ¡Dios! Eso sí me gustaba. Sentir cómo se movían dentro del escroto, como mi lengua se deslizaba con la saliva por la piel de esa parte. Era adictivo. Me ...