Por la unión de la familia. (Versión revisada y ampliada)
Fecha: 25/09/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... allí, sentían una incontenible necesidad de ir al baño. “Si serán cabritos”, se decía para sus adentros; “¡Se la están “pelando” a la salud de mamá y en mis narices además!”…
También entonces reparó que lo mismo pasaba con los amigos de su padre, que se la comían con los ojos. Sin saber por qué, ni a cuenta de qué, no podía soportar las miradas de lobos hambrientos que tanto sus propios amigos como los de su padre lanzaban sobre su madre… Y no, precisamente, para devorarla; al menos, como un lobo, una fiera lo haría, sino de forma muy distinta; muy, pero que muy distinta…
Pero lo peor para él fue darse cuenta de que su madre era una “calienta braguetas” de tomo y lomo… Vamos, que le encantaba poner “en forma” a todo individuo masculino que se le pusiera a tiro. Su natural forma de vestir era de lo más sexi y provocativa, luciendo, mayormente, blusas, camisas y vestidos algo más que ceñidos, rematados en escotes más que generoso, pues poco era lo que dejaban para la imaginación, ya que ocultos apenas quedaban los pezones que, de todas formas, se adivinaban en toda su esplendidez a través del tenue tejido, ya que era alérgica a todo tipo de sostén, sujetador o “brasier”, como por América se suele llamar a tal prenda. Y de suponer es cómo se podría el “personal” con sólo verla, sin necesitar más aditamentos
Pero es que las artes seductoras de Julia iban más allá de, simplemente, lucir su palmito, ya que la exhibición iba reforzada por sinuosos contoneos de cuerpo y ...
... caderas, “poses” de lo más insinuante y más que eróticos cruzar y descruzar piernas, mostrando así un primer plano impresionante de la excelsa perfección de sus muslos. Bueno, de sus muslos y, alguna vez que otra, un fugaz “visto y no visto” de sus braguitas; léase mini, y más que mini tanguitas
Esto era el pan nuestro de cada día siempre que hubiera público masculino en su entorno; pero cuando tal público incluía chavales jóvenes, tales como los amigos de Álvaro, la señora Julia digamos que se desmelenaba, pues al general “repertorio” unía, como álgido colofón, una excepcional apertura de piernas, tan abiertas, que nítidamente dejaban a la vista sus mínimas, ínfimas, braguitas-tanga.
De todo eso, hasta que su hermana le fuera con su “brillante” idea, Alvarito estaba en Babia, como así mismo del porqué tan pronto sus amigos arribaban a casa y con él se encerraban en su habitación para lo que fuera, mayormente, a ver porno por Internet, mamá entraba en el cuarto para en pocos minutos marcharse diciendo que se iba al salón a ponerse “cómoda” mientras tomaba un café, copa o refresco, invitando a todos a un refresco, si lo querían.
Entonces sus amigos se apuntaban, saliendo despendolados tras su madre, para disgusto de Alvarito, sentándose, al llegar al salón, justito enfrente de su madre… Claro, que también entonces se explicó el porqué, al poco de estar mirando, embobados, las “vistas panorámicas” que su señora madre, Dª Julia, tan generosamente les brindaba, a más de uno ...