1. Rubelo


    Fecha: 26/06/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... inclinó sobre mi cuerpo estirado, apoyando sus dos fuertes antebrazos sobre el suelo, "¿Estás bien, Sonia?", me preguntó; "No sé, no sé, quizá..., tócame en el costado, a ver... no, nada, estoy bien, ahora..., toca mi rodilla, a ver..., no, nada". Por cada tocamiento yo iba notando su hinchazón en la entrepierna: ya no se pudo contener: puso sus labios en mi pezón desnudo y empezó a chuparlo.
    
    Me lo llevé a la cama y me lo tiré.
    
    Primero le chupé bien la polla, despacio pero tragándola entera, repasándola de arriba a abajo con mi lengua, dando fuertes chupetones a su glande rojizo. Después, ahorcajada encima de él, cabalgué; hum, me gustó tanto sentir su hinchazón dentro de mí, y tanto recibir su tibio esperma; me gustó tanto oír mi nombre pronunciado entre resuellos, y su ronco grito de placer. Acabamos y me desplomé en su tórax peludo; él me acarició suavemente la espalda.
    
    Respecto al tema de las inexistentes manchas de humedad en el techo de su casa, que tiempo después me confesó que fue una estratagema, quedamos para hablarlo al día siguiente.
    
    Al día siguiente. Hum...
    
    Rubén, nada más entrar en mi casa, me sujetó mis rollizos senos con las palmas de sus manos, haciendo presión en las areolas. Tan cerca estaban sus labios de los míos que, sacando mi lengua, los lamí. Montada sobre él, aún vestidos, mi falda alzada hasta mi ombligo, su pantalón bajado hasta las rodillas, la telita de mis braguitas apartada, su cipote sacado por la portañuela de su calzón, ...
    ... follamos sobre el parquet barnizado del saloncito.
    
    Dormimos juntos después de que me follara un par de veces más. ¡Qué hombre tan fogoso! Lo que más me gustaba era que pronunciaba mi nombre en mi oído cuando estaba a punto de correrse: "Sonia, ohf, Sonia."
    
    Sí; estas cosas ocurrieron a finales de verano: ya se acerca el invierno.
    
    No hace mucho me he enterado que Rubén Nilo, mi Rubén, es alguien famoso; o, si se quiere, famosillo. Una especie de cantante de ese género que llaman rap, o hip-hop, o qué sé yo. Lo dijeron en la tele. Es conocido por el nombre Rubelo, ¡vaya nombrecito! Al parecer, sus textos son ofensivos para el orden establecido; lo estuvieron investigando. Y lo hubiesen detenido si no hubiese huido del país, quizá si yo no lo hubiese avisado con tiempo; aunque creo que él algo se olía. Dicen los informativos que está fuera del país, en otro país, uno en el que las ofensas que dicen que él vertió en los textos de sus canciones son tema baladí. Me alegro por él.
    
    Albricias; ayer me llegó a través de una red social que suelo usar un mensaje de Rubén: me pide que me reúna con él; me dice que... que no puede olvidarme.
    
    Vuelo a reunirme con él.
    
    Rubén me ha recibido en la terminal del aeropuerto con los brazos abiertos. Me ha colmado de besos, aunque fue el primero el que más me ha gustado: un beso mordido: sus labios se han apretado tanto a los míos que nuestras lenguas enseguida han tomado contacto y se han entrelazado durante..., no sé..., perdida la ...