1. Mi vecina Rosa (1)


    Fecha: 02/10/2020, Categorías: Incesto Autor: Diego Alatriste, Fuente: CuentoRelatos

    ... despistar. Rosa estaba sentada a mi lado, por lo que normalmente, los mensajes debían pasar de ella a mí o viceversa. Recuerdo que llevaba puesto un vestido abotonado por la parte de adelante que le tapaba hasta la rodilla. al estar sentada, se le había subido un poco dejando ver un trozo de su muslo, terso y morenito, entre dos botones,
    
    Me uní al juego y prácticamente todos los mensajes que me llegaron se los pasaba a Rosa, ella hacía lo mismo. Empecé por golpear mi rodilla con la suya, a lo que siguió un roce en la pierna cada vez mas intenso. Aprovechado el mantel que había en la mesa, metí las manos debajo y el siguiente mensaje que envié a Rosa fue una palmadita en la parte interior de su muslo. Pareció no inmutarse, pero enseguida me devolvió la señal girándose un poco hacia donde yo estaba escondió también las manos bajo el mantel y dando un golpe con la punta de los dedos en mi entrepierna. Para cuando le hice llegar el siguiente mensaje, había soltado un par de botones del vestido y la yema de mis dedos alcanzaron el montoncito de algodón que atesoraba al final de los muslos ligeramente abiertos. Ella contestó deslizando su mano por mi entre mi muslo y el amplio pantalón de deporte. Apretó con suavidad mi palpando el tamaño que estaba tomando mi polla. Ella abrió las piernas y apoyando la espalda en la silla se deslizó hacia delante. Esta mujer me estaba poniendo a hervir. Dibujé su raja con un dedo y lo deje pegado. Le presionaba suavemente y notaba cada vez que ...
    ... excitación. Movía el dedo a un lado y otro podía percibir sus labios inflamados por la excitación. Vi como apretaba la boca y se hizo hacia atrás en la silla para separarse de mi mano. Me miró con gesto de disculpa y creo que adivinó también en mi mirada un poco de decepción que intentó consolar buscado en mi pantalón. Sacó mi erección de su protección y la acarició dando movimientos circulares con los dedos, luego adelante y atrás. No sé como pude aguantarme, cogí su mano para que parara y la miré a los ojos, Rosa me devolvió una mirada pícara, justificando así su comportamiento anterior.
    
    – Alguien tiene un mensaje retenido desde hace un rato, reclamó mi suegra. La advertencia sonó en mi cabeza como una campana. Estaba tan atrapado entre las piernas y las manos de de esa mujer que olvidé por completo que estaba jugando.
    
    Terminamos con el juego y seguimos hablando y tomando algo de picar, me ofrecí de camarero, como ya había hecho otras veces en aquel local. Miraba a Rosa y creo que le gustaba sentirse observada por mí. Se inclinaba a coger algo de la mesa y lo hacía mostrándome como se perdían sus pechos entre el vestido y el sujetador. Ya de pié intentaba rozarla de forma accidental y me respondía haciendo más intenso el encuentro fortuito.
    
    –Me tienes que enseñar tu casa, le dije a Rosa, debe de estar quedando preciosa.
    
    –Cuando queráis nos hacéis una visita, dijo mirando a Laura y haciéndola, de esta forma, partícipe de la invitación.
    
    A la mañana siguiente me ...