Ese olorcito a culito limpio
Fecha: 03/10/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Hunter, Fuente: CuentoRelatos
Me huele la mano a Culo
Hoy en la noche he visto en el supermercado por Betania a un chico que aparentaba máximo 18 años. No pude quitarle la mirada de encima, mi insistencia parecía no molestarle.
Delgado, fibroso, trigueño, cabello corto, ojos almendrados. Media como 1.70 y si pesaba 70 kilos era mucho. El cabello negro azabache, lacio, lleno de gel, lo tenía alborotado. No era como quien dice un modelo pero tenía su gracia particular. Ya casi cerraban, eran las 10 de la noche y salí con un par de paquetes y lo vi caminar lentamente, como si no se quisiera ir.
Tengo un carro muy llamativo y con los vidrios oscuros. Decidí echarle un vistazo más de cerca y le pregunté para donde iba, la misma conversación insulsa dedicada a los levantes. Apenas le ofrecí llevarlo me dice que él "cobraba".
”¿Cuanto?”, pregunto, ya un poco desanimado.
“Lo que me quieras dar”. WAO, ¿baratillo?
Lo llevé a mi casa y le serví una cerveza. Ya viéndolo más de cerca me fijo que tiene las uñas bien cuidadas, limpias y huele bien. Tiene justo 18 años y dos días. Pero qué cara de niño tan linda.
Me le acerqué y comencé a lamerle las orejas, a besarle el cuello y a mordisquearlo por atrás. Enseguida puso sus manos en mi verga y comenzó a masajearlas lentamente. Todo un experto arrechándolo a uno. Me muevo sobre sus nalguitas paradas y duras y siento con mis manos como se va endureciendo la pinga, parece que no es una de esas vergas de película porno, pero se siente dura como una ...
... piedra. Rectecita, venosa, incircuncisa, con una cabecita brillante y gruesa.
Nos vamos a la cama y mientras yo me acuesto, él se arrodilla a un lado y me saca el short y los calzoncillos. Comienza a lamerme los huevos, con una mirada de lujuria que parece genuina. Luego el chico me pasa la lengua en mi verga, que es responsablemente grande, y recorre con la punta toda su cabeza, deslizándose como si fuera un barquillo derretido. Me fijo que me babea como una perra en celo, mojando toda mi pinga con saliva resbalosa para que la sensación sea más intensa. Que rico mama este cabrón. Pasó su lengua por mis huevos, pero los dejaba mojadísimos, con una baba espesa que sólo acentuaba las sensaciones de placer.
Se quita la ropa y veo sus tetillas paraditas del frío, el pecho, los abdominales, sus brazos delgados pero fuertes, todo eso me calienta más. Lo acerco a mí y le quito el pantalón, sacándole su pinga y comienzo a mamar mientras él sigue con la mía. Le acariciaba todo el cuerpo con ansias
Me abrió las piernas y lamió mi ojete con tanto gusto que solté su verga para concentrarme en mi propio placer. Me ponía el dedo meñique en el culo, junto con su lengua y recorría mis nalgas con sus manos. Mientras hacía esto yo me pajeaba con tanta facilidad con la saliva que ni siquiera pensé en ponerme lubricante.
¿Te gusta que te coma el culo?,
Yo solo gemía y gemía, sintiéndome tan arrecho que lo único que hice fue sobarle las nalgas y comencé a pasarle los dedos por el culo. ...