-
El diario de Claudia: terminé violada y bañada en semen
Fecha: 04/10/2020, Categorías: Gays Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
... basta” No sé qué hice para ser elegida pero yo estaba más que feliz con la oferta. “Háganme todo lo que quieran” dije en tono retador. De inmediato trajeron un mueble acolchado con patas largas. Entonces, usando correas de cuero me amarraron por las cuatro extremidades, tobillos y muñecas, a las patas del mueble; simplemente no podía moverme; mis piernas quedaron expandidas, abiertas como una V invertida. Sabía lo que pasaría, así que simplemente esperé pasiva, sin ofrecer resistencia. El primero en cogerme (¿debería decir violarme?) fue el hombre con pene de caballo. Lubricó mi huequito, por ahora bastante estrecho. Me tomó de las caderas y suavemente empezó a empujar… “mierda, qué rico que se siente” Solo para que entre esa cabeza gigante fue como sentir un puño entrando; una vez dentro, empezó a empujar… poco a poco su verga desaparecía en mi cuerpo desnudo. Al cabo de un rato, los 40 cm desaparecieron por completo. Sentía mi recto completamente hinchado, a punto de explotar. Era realmente como tener sexo con un caballo. Como había espejos por todos lados podía ver, con gran detalle, mi propia violación. Debo decir que se veía rico, como si fuese tu propia porno. Una vez dentro solo quedaba taladrarme. “Viólame negro” Y así lo hizo, su verga dura entraba y salía si parar de mi boipussy… era imparable… y yo no quería que pare, para nada; cada vez me penetraba más rápido, más fuerte, más brutalmente. Sentía como que en cualquier momento los ojos me ...
... iban a saltar o su pene saldría por mi boca. El tipo este concluyó su faena lanzando un chorro gigante, casi media jarra de semen dentro de mi recto; me había inundado por completo con su leche. Yo estaba en éxtasis pero deseosa de más aún. Como él parecía ser el líder del grupo tenía que cogerme primero; ahora que ya lo había hecho dio una señal al resto de hombres en la sala. “Es toda suya. Acábenla” ordenó. Todos se apresuraron a ponerse en fila, mientras que masajeaban y lubricaban sus vergas. “¿Sabes cuántos somos Claudia?” “¿Cuántos?” “Al menos 300, quizá un poco más”. “Para ser una verdadera puta debes tomarlos a todos” “¿Te atreves?” “Mándalos. Que todos me cojan” Respondí desafiante. Sabía bien que era una puta así que decidí demostrárselo. Apenas llegó el primero de la fila me di cuenta de algo: “carajo, ¡TODOS tienen vergas que parecen de un caballo!” Siempre había escuchado sobre la reputación de la gente de color y sus mazos gigantes pero esto era simplemente el paraíso. Sus penes eran negros, con la punta ligeramente rosada, estaban llenos de venas hinchadas de sangre, más parecía un brazo, con el puño cerrado, colgándole entre las piernas, 30 a 40 centímetros de carne, llenos de leche de proteínas. Cada uno empezó a circular, primero por mi culo, y luego por mi boca y garganta. Me agarraban del trasero, empuñaban sus vergas y sin mucha delicadeza me la metían hasta que sus bolas raspen mis nalgas. Cada vez que llegaban hasta el fondo ...