Una tarde de calor con mi hermanita - Relatos Eróticos

Una tarde de calor con mi hermanita

Hola que tal de nuevo mis estimados lectores, ¡vaya! Al parecer mis relatos han sido del agrado de la gente, me da mucho gusto leer sus mensajes de aprecio diciéndome que continué escribiendo, eso me motiva a escribir más experiencias, para que todos ustedes conozcan mi historia con mi hermanita. Los encuentros con mi hermanita no se daban muy seguido, ya que a veces surgía algún inconveniente, como que mi madre saliera de compras con ella, yo regresaba cansado de la universidad o simplemente no había tiempo suficiente para poder disfrutar tranquilamente un rato juntos, después de las primeras 2 experiencias yo sabía que podía tener a mi hermanita cuando yo quisiera, solo había que buscar el momento adecuado para que nuestros padres no se dieran cuenta; la única condición que mi hermanita me puso era esa, que lo hiciéramos cuando estuviéramos completamente seguros de que nadie pudiese vernos ya que a ella le daba un poco de miedo que nos descubrieran. Con el paso del tiempo La confianza entre mi hermanita y yo crecía cada vez más, tanto que ella ya me dejaba tocarle el trasero así nada más, (claro sin que nadie nos viera) recuerdo que siempre estaba ansioso de verla con su uniforme escolar por que con ese uniforme era más fácil para mi poder tocarle bajo la falda y acariciar ese lindo, suave y redondo trasero. Eso de tocarle el trasero era casi de todos los días, le daba pequeñas nalgaditas, le levantaba la falda para verle los lindos pantys o en ocasiones me colocaba de ...

... tras de ella para rozarle mi verga. Todos esos pequeños roces y caricias lo hacía para calmar mis ansias en lo que se daba otra oportunidad para estar con ella a solas y hacer algo mejor, a mi hermanita le encantaba que le diera esas pequeñas nalgaditas ya que solo sonreía y me lanzaba una mirada coqueta. La vida cotidiana en mi casa era muy normal, ya saben los hijos a la escuela, los padres trabajando, jugar y pasar el rato nada más, un tanto aburrida pero en uno de esos días como cualquier otro mi madre nos encargó a mí y a mi hermana llevar unas cosas a casa de mi tía. Mi padre había descansado del trabajo y supuse que mi madre también quería un poco de acción y nos mandaron a casa de una de mis tías favoritas, para que así ellos estuvieran solos y pudieran disfrutar la tarde solos, como siempre acepte gustoso ya que mi hermanita estaría conmigo y existía la posibilidad de una aventura más. Sin preguntar nada más le avisamos a mi madre que ya nos estábamos retirando, a lo cual ella solo respondió que nos fuéramos con cuidado y que le avisemos a su celular cualquier cosa, saque mi bicicleta y mi hermana se subió en la parte de atrás en los diablos (así se le llama en México a los soportes para llevar una segunda persona) al subirse mi hermana me abrazó a la altura del pecho dejándome sentir de sus pequeños y duritos pechos de pre adolescente en mi espalda, la erección no se hizo esperar, maneje lo más rápido que pude para llegar a casa de mi tía y comenzar a idear la forma de ...