Dos aventuras sola
Fecha: 06/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Elzita Zorrita, Fuente: CuentoRelatos
Dos vuelos en solitario.
Con los chilenos en Copacabana.
Ya tenía mucha experiencia en sexo y aventuras, casi siempre acompañada de mi maridito, sabía muy bien lo que quería y podía, pero no siempre. Vivíamos lejos de las familias, lo que nos hacía hacer viajes largos. Con nuestras experiencias, mi marido pasó a ponerme en el equipaje algunos condones, por si se ofrecía, nunca se sabe.
El viaje tenía que ser hecho con una escala, de mi ciudad a Rio de Janeiro, y de ahí a donde vivíamos. Decidimos que, en vez de escala, pasaría una noche en Rio, buscando una aventura.
Llegué a una hora cómoda, me instalé en un hotel en Copacabana, a la orilla de la playa, y descansé. En la nochecita, me arreglé medio vistosa, enseñando, no puteando, solo sugestivamente y bajé al bar en la playa. Tranquila pedí una bebida y esperé viendo las personas.
Como era de esperarse, algo después, unos jóvenes en una mesa vecina comenzaron a hacer plática, lógico, una mujer sola en un bar es cacería. Les seguí la plática y supe que eran hombres de negocios chilenos, en viaje de trabajo. Yo les dije que estaba de paso, visitando mi familia.
Por supuesto que algún tiempo después ya estaban en mi mesa y muy animados. Curiosos de la ciudad y de lo que podrían ver, y yo les daba muchos detalles porque ya habíamos vivido ahí.
Encaminé la plática a lugares picantes, les hablé de las boites del Beco das Garrafas, un callejoncito muy interesante y no muy lejos del hotel.
Se animaron y ...
... decidieron ir, si yo los guiaba. Como esa era mi intención acepté de inmediato y fuimos.
Era un buen día, el Baccarat estaba muy animado y ellos no paraban de ver las escenas de desnudez y sexo por todos lados. Con el espectáculo, se terminaron de enloquecer, nunca habían visto algo así.
En el curso de todo esto, ya habían comenzado a meterme las manos, y yo, fraternalmente lo facilitaba, subiéndome la falda y soltando la blusa. No tardaron mucho en dejarme sin la blusa, solo de calzoncitos, besándonos y manoseándome plenamente, muy sabroso, me sentía en ambiente, muy a gusto como puta de la casa (Que ya había sido en alguna ocasión)
Caliente y con ganas de polla, primero los mamé, hasta sacarles la porra, muy sabrosa, vino el showcito y a seguir me quité los calzones y los monté por turno, arrodillándome sobre sus piernas, Además de cogerme, estaban metiendo mano libre por pechos y nalgas y viéndome desnuda en púlico, como otra de las huilas de la casa. ¡Fue muy bueno!
Cuando decidimos dar por terminada la noche, nos vestimos y regresamos al hotel, tomé mi llave y me fui con uno de ellos.
Ya en su habitación, entró al baño, me encueré y lo esperé en la cama, colocada de frente, esperándolo de piernas abiertas, lista para la despedida.
Pero en cuanto esperaba, le hice una llamada a mi esposito:
- Hola amor, no imaginas donde estuve y donde estoy… estuve con dos caras en el Baccarat, y me porté como puta, como te gusta; si, me metieron las vergas, si, varias ...