1. Dos aventuras sola


    Fecha: 06/10/2020, Categorías: Incesto Autor: Elzita Zorrita, Fuente: CuentoRelatos

    ... veces; y ahora estoy despidiéndome de uno de ellos, estoy en la cama, encuerada de piernas abiertas, esperando que salga del baño para despedirlo con una última foda… si… voy a mover bien el culo, no te preocupes… chau amor…
    
    Por supuesto, que su verga me cupo en la boquita, y de rodillas, sentí su palote entrando en mi pepa, me chingò a su gusto...
    
    Muy temprano dejé el hotel para seguir mi viaje, desvelada y jodida, pero contenta y satisfecha
    
    Huelga de la VARIG.
    
    En otro viaje, esta vez yendo a visitar mi familia, Me sorprendió una huelga de la compañía de aviación. Aterrizamos en Manaus sin saber cuando podríamos continuar el viaje.
    
    Llamé a mi esposo y se lo comenté. Agregando que estaba bien instalada en el H. Amazonas, el mejor de la región.
    
    Bueno, me dijo, ni modo, ahora solo paciencia. Ve si consigues una aventurita, para que no te aburras. De acuerdo voy a ver que consigo.
    
    Paseando por el hotel, me encontré con uno de los sobrecargos, muy amable me hizo una platiquita le comenté que tenía una pequeña molestia en la espalda.
    
    - Si usted quiere, me respondió, le puedo hacer un masaje.
    
    - ¿Si? ¡sería muy bueno! Acepto… ya sonriendo pícaramente con segundas intenciones, que él capto de inmediato ¿a qué hora sería?
    
    - ¿Le parece bien en una media hora en su habitación?
    
    Ya de acuerdo regresé y me arreglé con un toque de perfume y colocando una ropa interior bonita, sin sostén y una bata. Llegó puntualmente, le ofrecí un trago platicando del ...
    ... inconveniente.
    
    - Bueno, ¿que hago?
    
    - Acuéstese bocabajo sobre la cama.
    
    Me retiró la bata y después de algunos momentos (asumo que viendo mi cuerpito sabroso) comenzó a masajearme lentamente, con cuidado, comenzando por las piernas y hombros, Siguió por la espalda, y suavemente bajó las manos a los costados, y las nalgas, metiéndo las manos por debajo del panti.
    
    No viendo objeción, roncamente me pidió voltearme, lo que hice sin titubear, dejándole los pechos a la vista y alcance. Los rodeó y suavemente pasó a acariciarlos, ya no resistió y me los besó, los pezones estaban muy duros y firmes. Lo abracé besándolo, estaba ofreciéndome abiertamente. Con su ayuda me quité los calzones, y abrí las piernas, colocando a su disposición mi panocha húmeda y deseosa. Sin decir nada, me montó. Me dio una buena cogida. Ya encarrerados, me volteó de a perrito, para una segunda metida.
    
    Nos despedimos, preguntándome si podría regresar mas tarde. Acepté… había sido muy bueno.
    
    Cuando regresó, después de la cena, ya recuperados los dos, fue mucho más directo y sencillo, ya teníamos confianza.
    
    Atrevidamente, lo esperé desnuda, y abrí la puerta sin esconderme, abrió los ojos y entró rápido, sacándose de inmediato el pepino, me senté en la cama y me lo puso para mamar. En cuanto lo hacía se fue quitándola ropa, y me puso de pie para explorarme la concha por dentro con sus dedos y polla. Yo solo pujaba y le decía algo como: si papacito, si… así… méteme tu palote, así… cógeme más méteme ...