1. Un domingo cualquiera


    Fecha: 07/10/2020, Categorías: Incesto Autor: rincondelmorbo, Fuente: CuentoRelatos

    Un domingo cualquiera me encontraba acostada en mi cama descansando; yo trabajaba como empleada del servicio doméstico en una casa, estaba de interna, así que vivía allá, los domingos eran los días que no trabajaba y aprovechaba para dormir un poco y hacer pereza.
    
    Entró en la habitación, sin tocar siquiera la puerta, ya nos teníamos mucha confianza, saltó a mi cama -literalmente hablando-, le gustaba hacerse en el rincón, era su lugar favorito, se metió debajo de las cobijas y me dio un beso en la mejilla de buenos días. “¿Qué vamos a hacer?” me preguntó mientras se terminaba de arropar. Victoria, la hija de mis patrones le gustaba pasar los domingos conmigo, se iba desde por la mañana para mi cuarto y se acomodaba en la cama; hacíamos todo tipo de cosas, pero por lo general en las mañanas nos gustaba quedarnos acostadas viendo películas antes de levantarnos del todo. Victoria era mi amiga en esa casa; nos pintábamos las uñas, nos arreglábamos el pelo, conversábamos de cosas personales, había formado un vínculo especial con ella en el poco tiempo que llevaba trabajando allá. Le sugerí que viéramos algo en el televisor, a ella también le pareció bien; lo prendimos, buscamos una película y nos dispusimos cómodamente para verla; yo ese día estaba un poco cansada y recuerdo que se me estaban cerrando los ojos.
    
    Estaba entre dormida y despierta, sentía algo en mi cuerpo pero no lograba identificar claramente qué era, me desperté un poco más y noté que la sensación provenía ...
    ... de mi muslo, cerca de mi entrepierna; estiré mi mano y sentí otra; abrí bien los ojos y pude ver el cuadro completo; Victoria había quitado las cobijas y tenía bastante arriba el borde de mi pijama, se me veían las tangas, su mano estaba en mi pierna, cerca de mis partes íntimas, mi reacción fue decirle “¡Viky! ¿qué estás haciendo?” y ella con toda la naturalidad que caracterizaba su personalidad me fue respondiendo “conociendo tu cuerpo”. Bajé mi pijama para cubrirme y le dije que eso no estaba bien; se lo tomó como si nada estuviera pasando, me dio un abrazo y dijo que se había aburrido viendo la película y que le había dado algo de curiosidad; me hizo un reclamo por haberme quedado dormida pero al mismo tiempo se puso tan cariñosa que simplemente terminé por restarle importancia al asunto y nos quedamos ahí acostadas.
    
    No habían pasado ni cinco minutos y ya estaba bajando el tirante de mi pijama y dándome un pico en el hombro “Viky…”, volvía y se abrazaba a mí. Al rato sentí su mano subiendo por mi pierna “¡Victoria ¿a ti qué te pasa hoy?”, subió los hombros e hizo una especie de puchero con los labios, clavando su cabeza en mi hombro mientras me abrazaba. Me hizo poner nerviosa la situación, normalmente nosotras éramos muy cariñosas pero no con ese tipo de manifestaciones.
    
    Sus manos se pusieron inquietas, las ponía encima de mí y me acariciaba, se acercaba un poco y me daba un pico en el hombro; yo le decía que no, pero ella se quedaba quieta un momento y continuaba ...
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