Una Tia que entrega todo...
Fecha: 08/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: xavi33, Fuente: SexoSinTabues
... tía, sin saber porque motivo pero hizo caso de su curiosidad y allá fue a espiar, pero Mirna estaba despierta y le pidió que se sentara junto a ella. – Che, como te pusistes hoy eh- le dijo sonriendo, y Juan parecio quedar mudo. – no te preocupes loquillo, es normal a tu edad… Pero él no salía de su perplejidad, ella continuo – Yo te provoque eso o qué?. En ese instante Juan se sintió como liberado y largo una respuesta casi con voz de niña – perdóname tía. no se. no se. perdón… ella hecho a reir y lo abrazo – mi amor, sos hermoso, no te preocupes, es culpa mia, como te voy a poner el culo ensima, a tu edad sos pura hormonas… le dijo y continuo riéndose -Pero contrólate che!! Soy tu tía, eso guárdalo para tus novias… Juan se sintió muy relajado ahora y le respondió – no tengo novias, ni novia… soy virgen. termino de decir esto y volvio a su estado de perplejidad, obviamente lo había dicho sin pensar… Mirna se sonrió y lo miro con dulzura. – bueno, ya va a venir tu oportunidad. Sos muy lindo y dulce, tranquilo… Le dijo y le dio un beso en la mejilla. Juan, avergonzado se levantó y se fue a dormir, mientras que Mirna se quedó pensando en lo que había provocado en su sobrino, en ese bulto a punto de explotar apretado contra sus nalgas, en la mirada lasciva tan cargada de deseo pero con vergüenza y temor a la vez, que Juan tenia al conversar con ella. Se sentía realmente viva y con una ternura por la inocencia del chico. Al despertar, Juan sintió su entrepierna pegajosa y ...
... húmeda, efectivamente había polucionado, y aunque no recordaba el sueño sabia y sentía que había sido con su tía… desde su cama oyó el ruido de la ducha e inmediatamente se dio cuenta que su tía se estaba bañando, ya que su madre, los sábados, se iba temprano y no volvía hasta tarde la noche, porque daba talleres en la iglesia. Sin dudar un segundo Juan se dirigió hasta el baño y coloco la silla para poder espiar por el tragaluz de la puerta como solía hacerlo con su madre, y aunque la cortina de la ducha estuviera cerrada podía ver la silueta de su tía. Su pene estaba ya duro como piedra a tal punto que le dolía, rogaba que Mirna abriera esa cortina y poder contemplar ese cuerpo desde su ocultamiento. Mirna de golpe se sintió observada y de refilón pudo ver en el espejo los ojos de su sobrino en la hendija del tragaluz, por un instante se escandalizo por la osadía del muchacho, pero pronto se dejó llevar por la curiosidad y las ganas de sentirse la musa de un adolecente. Abrió la cortina y así desnuda salió de la ducha tomando el tallón y comenzó a secarse mientras se miraba en el espejo. Juan estaba desorbitado, veía a esa mujer como lo más hermoso que hubiera visto jamás, aunque no fuera así, era la primera mujer desnuda después de su madre que veía en persona. Mirna se sentía divertida, imaginaba lo que estaba provocando en el joven, su amor fraternal le generaba una ternura y morbosidad al mismo tiempo, dejo caer la toalla y comenzó a pasarse las manos por sus pechos, por ...