Qué cuñada!
Fecha: 08/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Los hombres y las mujeres somos dos partes complementarias y como tales, no existe más que la división de la sociedad para separarnos... sin embargo la naturaleza nos hizo el uno para el otro y como terrenales, debemos dar cumplimiento a esa suprema orden celestial.
Julieta es una de esas hembras que causan deterioros mentales y sexuales... es el tipo de mujer al que todos deseamos comernos centímetro a centímetro y curva tras curva. Julieta es esa mujer que desafortunadamente esta muy cerca de mí... es mi cuñada... y qué cuñada ¡ehh!
Resulta que esta historia nace del gusto por las mujeres y... de la sensualidad de las mujeres:
Julieta tiene ahora 23 años y como tal, ha recibido con agrado los cambios hormonales de la naturaleza ya que su cuerpo, se ha torneado sumamente curvilíneo y de carnes firmes y sensuales. Sus ojos ya no son los de aquella niña temerosa, sino los de una mujer que clama ser acosada. Su boca ya no es más que la de una mujer que se relame los labios, gritando ser besados.
Cada día que la veía notaba cambios importantes en ella, y últimamente le he notado ese deseo escondido, el cual derrama al vestirse más femenina, más mujer, más sensual... incluso más atrevida. Sus movimientos son más cachondones y su mirada más solicitante.
Se perfectamente que ella ya se dio cuenta de que mi mirada hacia ella, ya no es de cuñado a cuñada, sino de hombre a mujer, y aunque se ha visto temerosa, su naturaleza le ha hecho responder como debe responder... ...
... con evasivas, pero gritando que continué viéndola... con comentarios de rechazo... pero pensando... sigue... sigue , con actitudes de negativa... pero con un caminar más sensual, con muestras de no me veas, pero... vistiéndose más y más rico y atrevida.
Esa es mi cuñada, la que dice que no quiere... pero la que desea que todo continué.
Todo sucedió cuando fuimos todos a una excursión, de esas familiares a la playa, donde las vacaciones se disfrutan a todo lo que da la necesidad biológica.
Ya en el hotel instalados, mi esposa y yo quedamos hospedados precisamente enfrente de los papás de mi esposa, y ahí con ellos se quedó Julieta. Todo transcurría normalmente, es decir, todos en familia, todos en la playa, en la alberca, tomando cervezas y tequila, y yo admirando a mi cuñadita que se lucía riquísimo con sus bikinis, y etc. etc.
Las noches aunque eran más de nosotros los jóvenes, los papás de mi esposa, querían estar con nosotros y eso empezaba a incomodar, ya que deseábamos beber hasta enloquecer, y bailar hasta cansarnos, y trasnocharnos hasta caer dormidos a altas horas.
Finalmente una noche los papás de mi esposa cayeron fatigados y esa noche... esa noche, sería mágica para todos... pero en especial para Julieta y yo.
Quedamos de ir a una disco del hotel al punto de las 11 de la noche, y para ello, mi esposa y yo, nos arreglamos como lo ameritaba la situación, y llamo Julieta que ella ya estaba lista, y que nos esperaba en el lobby del hotel. Sus papás, al ...