Tengo una madre ardiente - Relatos Eróticos

Tengo una madre ardiente

Mi madre enviudo cuando yo tenía diciocho años y creo que desde ese momento comencé a desearla como mujer sentía un enorme deseo de meterle la verga pero no encontraba la manera de convencerla y ese día que llegue a casa y la encontré borracha me aproveche de ella

Mi madre no reacciono a mis bruscas sacudidas de tan borracha que estaba y vi en ello la oportunidad de meterle la verga, levante su falda y comencé acariciando sus largas y torneadas piernas luego lentamente le fui sacando su diminuto bikini y ya con la vagina descubierta aprecie su vello púbico por cierto bien cuidado y ya no me pude contener por más tiempo me saque la ropa y fui pasando mi verga entre sus labios vaginales impregnándolos con mi liquido luego lentamente se la fui metiendo hasta que le entro toda ya con mis dieciocho centímetros de verga dentro de mi madre comencé a bombear con suavidad y apenas había bombeado unas diez veces cuando mi madre medio reacciono diciéndome con voz pastosa que estás haciendo cariño, pues lo que me pediste, en repetidas ocasiones me pediste que te cogiera que te metiera la verga pero si ya te arrepentiste ahí lo dejamos y le saque la verga, ella reacciono diciendo, no, no cariño no me dejes así más caliente de lo que ya estaba mete de nuevo tu verga y dame duro, metí de nuevo mi verga y fui bombeando con más ímpetu viendo como mi madre semi consiente se mordía los labios y emitía discretos gemiditos entonces fui mas allá metí una mano por debajo de su blusa y ...

... levantando su brassier para acariciar su pechos, al sentir sus pezones erectos comprobé que mi madre en realidad estaba caliente

No puedo precisar los orgasmos que tuvo pero mi verga se deslizaba con mucha facilidad dentro de ella pero ella si sintió cuando yo estaba a punto de venirme y me dice adentro, adentro quiero tu leche dentro de mí, se la metí al fondo donde me vine, después de eso la lleve a su habitación y ella insistió en que me quedara que no la dejara sola, ya con la confianza de haber cogido la desnude por completo y mi verga se puso dura admirando el magnífico cuerpo que tiene mi madre a sus cuarenta y cinco años

Mi madre se coloco en posición de misionero y me dice, cariño, mi amor tengo un enorme deseo de continuar cogiendo pero antes quiero que me chupes la panocha, con cierto recelo por saber que mi leche se encontraba dentro de su panocha fui pasando la lengua entre sus abultados labios vaginales hasta toparme con su diminuto pero inflamado clítoris y comencé a mordisquearlo solo con los labios y mi madre no dejaba de gemir y decir así cariño mío has que tu mami aúlle como loba en celo, así cariño mío así mi amor dale duro lame, chupa que ya siento que me vengo y mi madre levantando la cadera tuvo y gran orgasmo y una vez que termino dice, ahora si cariñito mío méteme otra vez la verga soy toda tuya has que mami vibre de placer y con lentos movimientos le fui enterrando la verga y mi madre la acompaño con un prolongado aaaaaaaaaaa de placer y ya con toda la ...