1. El amigo de mi marido


    Fecha: 09/10/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Me llamo Adriana, tengo 28 años, casada y madre de dos hijos. Mi família y yo vivimos en Uruguay, a unos 70 kilómetros de Montevideo. Mi marido tiene un amigo de toda la vida, siempre me habla de él, hasta que un día le dije que lo invite a casa. Craso error de mi parte. Cuando llega a casa y lo vi, realmente me. sorprendió mucho, un hombre de 35 años como mi marido, pero Eduardo, que así se llama su amigo, mide mas de un metro ochenta, pelo largo, la. barba le llega al pecho, rubio,. ojos verdes, todo un tipazo. Una tremenda moto, me. gustó desde el primer momento. Es tan simpático que es difícil no estar riendo continuamente con sus ocurrencias. Yo me lo comía con los ojos, jamás le había faltado a mi marido, pero Eduardo me hizo tilín. Nosotros vivimos en una chacra, cerca de casa hay un monte de eucaliptos y pasa un arroyo muy lindo donde siempre vamos a pasar el día. Mi marido se fue al pueblo a comprar carne y achuras para irnos al monte a hacer un asado. Eduardo se quedó. en casa y yo no podía contenerme y coqueteaba delante de él, me sentía extraña, no podia dejar de mirar sus ojos verdes, parecía una boba. «Voy. a ver si encuentro la maya de baño, que siempre que vamos me baño en bombacha y corpiño», le dije y fui a mi dormitorio a buscarla. Cuando la encuentro, me desnudo y me la pruebo, «como me queda?», le dije, dándo una vuelta completa, dejando que Eduardo me mire, «Adri, te queda hermosa», me dijo dándo un silvido. A mi me temblaron las piernas. Me fui a ...
    ... cambiar de nuevo antes que llegue mi marido, y. como quien no quiere la cosa, dejé abierta la puerta del dormitorio, caminando desnuda como si no me diera cuenta que de donde estaba sentado el amigo de mi esposo me podía ver. Me vestí y salí a preparar el mate. antes. que mi marido llegue. No sabía si me había visto o no, estaba nerviosa, caliente, pero no quería perder los papeles. Esa noche nos echamos un polvo con mi marido, como hacía tiempo, lo único que yo veía la. cara de Eduardo, que era Eduardo el que me. estaba cogiendo y no mi marido. Al otro día cuándo nos estábamos llendo, le pregunto a mi marido si podía ir con Eduardo en su moto, ya que a mi las motos me encantan y mas una tremenda moto como esa. Mi marido fue con mis hijos en la camioneta y yo con Eduardo. Me abrazo a su cintura y como quien no quiere la cosa, aplaste mis tetas contra su espalda, y baje mis manos casi hasta su pija. Nosotros llegamos primero, y cuando estoy bajando de la moto, Eduardo me da una palmada en la cola. Yo lo miré sonriendo y me. quedé quieta esperando otra palamada, pero en vez de eso, paso su mano suavemente acariciando mis nalgas, «que hermosa cola que tenes», me dijo apretando una de mis nalgas. Me sonreí y me aparte ya que estaba llegando mi marido, pero de buena gana me hubiera dejado seguir acariciando la cola con él. Pasamos un dia genial, muy divertido, Eduardo y yo no dejábamos de mirarnos sin que mi marido se diera cuenta. Cuando volvíamos a casa iba manejando yo, ya que mi ...
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