1. Sin poder recordar nada


    Fecha: 10/10/2020, Categorías: Anal Dominación / BDSM Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... te estoy cogiendo, no…?”Le dije que sí; que me encantaba cómo me estaba cogiendo; pero que también me estaba haciendo daño y me dolía demasiado…“Voy a hacer que grites, hasta que me pidas que te coja con más ganas”. Me espetó; sin dejar de cogerme con toda brutalidad.Por suerte duró poco, ya que en menos de cinco minutos sentí que esa perra arqueaba la espalda, aullaba como una loca y se retorcía sobre mi cuerpo; presa de un orgasmo infernal. La turra había acabado por fin…Descansó unos instantes sobre mi espalda y me acarició las tetas con sus delicadas manos. Sus dedos me provocaron un ligero temblor y suspiré.Finalmente volvió a darme un suave beso en la nuca y se incorporó sobre sus brazos, comenzando a retirar esa larga verga siliconada de mi cuerpo.En ese momento se abrió una puerta y alguien entró. Al hablar reconocí la voz; era el chico que me había levantado en el boliche. Seguramente era el mismo que me había cogido antes mientras me encontraba sin sentido.Escuché que dejaba escapar una risotada y le decía a su amiga:“Hija de puta…. Qué desastre hiciste en esta cama…”La mujer también se rió, respondiendo:“No te quejes… le dejé la cola intacta como vos me lo pediste…”Rieron a carcajadas, mientras el hombre trepaba a la cama.Pude sentir que el tipo se acomodaba entre mis tobillos y un ruido de tela me dio a entender que se estaba sacando la ropa. Se inclinó sobre mi cuerpo expuesto y efectivamente, pude sentir su gruesa y endurecida verga sobre mis nalgas.Me lamió ...
    ... una oreja y me susurró al oído:“Supongo que te acordarás de mí y de mi verga bien dura…”.Este hijo de puta ahora me iba a romper el culo, mi delicado y suave culo que solamente se lo entregaba a mi marido… y a veces no tanto.Me preparé para lo peor. Mi cola era demasiado estrecha y siempre el sexo anal me provocaba mucho dolor. Pero este tipo seguramente no iba a detenerse cuando le dijera que me dolía; todo lo contrario, se excitaría más todavía y me cogería con más ganas y in importarle mis alaridos de dolor.Pareció adivinarme el pensamiento, porque lo escuché decir a su amiga: “La putita ya está temblando de excitación o de miedo…”La mujer que había disfrutado cogiéndome la concha se rió y comentó:La putita ahora va a saber por qué te dicen El Burro…”Empecé a temblar, pensando en el tamaño de la pija que tiene un burro verdadero. Si era verdad, ese hijo de puta me iba a destrozar la cola.El tipo se recostó sobre mi cuerpo y su verga dura se apoyó entre mis nalgas. Era algo de veras enorme, además de duro. Pensé que tenía la intención de metérmela en seco; no tenía ninguna intención de lubricarme.De repente sentí que me abría las nalgas con una mano. Me dijo al oído: “Quiero oírte gritar mientras te parto al medio este lindo culito”.Entonces lo pude sentir. Una cabeza enorme trataba de entrar por la muy estrecha entrada de mi ano, algo brutal, increíble, masivo, grueso y duro. No se detuvo por un segundo. Abrí la boca para gritar, pero no pude ni exhalar un suspiro. El dolor ...