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El gran secreto de mi hijo
Fecha: 11/10/2020, Categorías: Incesto Autor: drajulia, Fuente: RelatosEróticos
... voy a tratar de no esforzarme mucho y que me consientas entonces, pero ya no te preocupes más por favor -dijo-. Bueno, cuando te den de alta te llevaré a casa donde podre cuidarte mejor -dije. Cuando llegó a casa estaba muy cansado. Las píldoras para el dolor lo tenían algo mareado y las enfermeras le daban solo baños de esponja lo que lo tenía con un olor algo peculiar. Lo primero que le dije fue -hay que darte un baño-. Entramos a la casa y yo cambié mi ropa del trabajo por algo más cómodo. Me puse una blusa de tirantes y unos shorts algo pequeño para andar en la casa ya que en la zona norte de México siempre hace mucho calor. Mi hijo se mostraba renuente a querer desnudarse ante su madre pero pues al final no le quedó más remedio que hacerlo. -Muy bien mi amor déjame ponerte estas bolsas especiales en tus brazos para que no te entre agua. -Oye ma, podrías cerrar los ojos mientras me bañas no quiero que me veas así desnudo. -No seas tontito no puedo bañarte bien si tengo los ojos cerrados. -Pero es que me da vergüenza ma. -Te vi miles de veces cuando estaban chico, ¿qué tanto pudiste haber cambiado? déjame bajarte esto para que puedas meterte a bañar. Me puse de rodillas y desabroche su cinturón. Desabroché el botón de sus jeans y bajé el zipper de su pantalón. Lo tome de la cintura y lo bajé hasta el piso. El quedo solamente en unos boxers que le gustaba usar algo ajustados. No lo veía en ropa interior desde que tenía cinco años y la verdad había ...
... cambiado mucho. Lo que había debajo de esos boxers ya no era el pene de un niño pequeño, era la verga de un hombre y por la dimensión que se hacía notar a través de la tela era una imponente. Yo sonreí un poco y la curiosidad me invadió. Quería ver que tan grande había crecido mi muchachito desde que nos bañábamos juntos cuando tenía cinco años. Cuando bajé su boxer quedo ante mí una verga grande en su estado flácido, algo gorda y con un glande reluciente. Tenía el vello muy bien recortado y los testículos bien afeitados. -¡Vaya que mi muchachito creció bastante! -Ma, por eso no quería que me bañaras, no quiero que te burles de mi como mis compañeros de equipo. -¿Y cómo alguien podría burlarse de ti, teniendo tan bonito pene mi amor? Es pura envidia, ya quisieran estar como mi muchachote. -Pues se burlan de mí, me apodaron el caballo. -Pues tu lleva ese apodo con orgullo amor, y si te preguntar porque es tu diles. Lo tome de la mano y lo lleve al baño. Yo me quité mis shorts y mi blusa dejando al aire mis grandes pechos y mi trasero. Él se me quedo viendo y me dijo -va a ser como cuando nos bañábamos juntos ma-. Bueno un poco, aunque en ese entonces lo hacíamos ambos totalmente desnudos -dije. Me metí a la regadera con él y lo senté en una silla grande de plástico. Frote un poco de jabón en una esponja y logre hacer mucha espuma. Comencé a frotarlo por su pecho tan definido y musculoso, algo en mí se sentía diferente. De pronto vi a mi hijo como hombre. Su cuerpo ...