1. Una tarde deportiva 1


    Fecha: 14/10/2017, Categorías: Incesto Autor: markite, Fuente: SexoSinTabues

    ... preguntó mientras giraba sobre si misma lentamente si estaba gorda, yo me mantuve con los brazos cruzados asegurando que es muy guapa, por otro lado mi tía Pati le dijo que era muy sensual, y ambos primos al unísono le dijeron que sí!, por lo que ella se sorprendió y se enfureció un poco, entonces ellos en un momento agarraron con una mano cada uno una de sus nalgas diciendo que la grasa se puede ver y sentir a la vez, ella con los ojos abiertos como platos se puso roja y le pidió entre risas que la soltaran. Mi tía sacó a relucir su carácter dominante regañándoles “ pero que hacéis mocosos! A mi hermana la respetan!” Con todo, mi madre la tranquilizó repitiéndole que tan solo eran unos niños, que seguro no tenían malas intenciones, que dios los dotó de una inocencia pura. Yo en ese momento me di cuenta de dos premisas: que mi madre debido a su fe y costumbres era un poco lenta para darse cuenta de la malicia de sus sobrinos, los cuales ya no eran unos niños, pues tenían mi edad y segundo: noté en sus expresiones que planeaban algo, puesto que esa clase de miradas eran las típicas que tenían cada vez que me molestaban, ellos me miraron un tanto extraños, pero efusivos me dieron la mano y me jalaron. Mi tía impaciente por todo lo ocurrido decidió de una vez por todas a empezar la caminata, así pues los 5 empezamos rápidamente con calentamientos preliminares, de los cuales disfruté nuevamente, puesto que mi tía con cada una de sus poses me volvía loco, por otro lado también ...
    ... me percaté que mis primos no le perdían la pista a mi madre, la cual en un momento solicitó la ayuda de mi tía para realizar ejercicios un poco más complejos: empezaron colocándose en cuclillas una enfrente a la otra, se tomaron de las manos y empezaron a jalar cada una para atrás, después ambas se pararon y encorvaron su espalda sin flexionar las piernas apoyando cada una sus brazos en los hombros de la otra, de forma que cada una con sus cuerpo quedó en un ángulo de 90 grados empujando para afuera sus traseros, mis primos sorprendidos rieron entre ellos, mientras tanto yo disfrutaba de las visiones que me proporcionaba mi tía. Empezamos la caminata los cinco abarcando el ancho de la pista, uno junto a otro, caminábamos, platicábamos y reíamos. De pronto mis primos se agacharon para según ellos atarse las agujetas; vi desde arriba cómo miraban agachados los traseros de ellas, no obstante al verme me jalaron de un brazo y entre los dos me abrazaron dejándome en medio. Alonso me comentaba que el deportivo estaba muy amplio y grande, que no podría ni imaginarse la cantidad de calorías que podría quemar si se lo dispone, para lo que Martín reía apoyando las palabras de su hermano, pero mientras ellos hablaban, noté como ambos no despegaban los ojos del trasero de mi madre; si bien ella en su caminar no se movía con sensualidad, logró por su simple atractivo y feminidad que por primera vez me excitara viéndola; descubrí que era dueña de un verdadero monumento, grande, carnoso, ...
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